¡Más maderaaa!

Y tus graciosos antojos,
tus deseos irredentos,
tus anhelos y esperpentos
me arrastran por los rastrojos.
¿No ves ya con esos ojos
que madurar es preciso?
y te lo digo conciso :
aprende a luchar por ti ,
responde esta vez que sí
y deja ya nuestro piso.

 

En limpieza de retrete
me especializo de noche.
No me lance algún reproche
y no me malinterprete:
hay que darle algún ribete
de humildad a la existencia.
Voy armado de paciencia
a higienizar las letrinas.
A veces, cuando caminas,
solo pisas pestilencia.

 

Solo pisas pestilencia
si en política te mueves,
y tu trabajo le debes
en contra de tu conciencia.
Y aquí está mi reticencia:
yo creo que no es posible
tener un alma sensible,
con principios y valores
y que, sobre todo, adores,
lo que resulta tangible.

 

Lo que resulta tangible
no es lo más divertido
quizás es más comprendido
ya que se tiene visible.
Es un tema más sensible
tratar de verse por dentro,
sorprende siempre el encuentro
con nuestra propia conciencia
entre ¨vivir¨ y ¨vivencia¨
se origina el desencuentro.

 

Se origina el desencuentro
por algún malentendido
y por dar algún berrido
sin observar hacia adentro.
Debe ser el epicentro
de una sana relación
la madura reflexión
basada en el bien común.
Siempre el meollo es según
el punto de observación.

 

El punto de observación
es la forma personal
de no sentirse fatal
si has metido el zancarrón.*
Si no aprendes la lección
y evitas esos errores
volverás a los horrores
que de nuevo has de filtrar
y sin duda disculpar
desde tus propios valores.


*Meter el zancarrón: coloquialmente meter la pata hasta el fondo.
Según el RDLA zancarrón es el que enseña ciencias o artes de las que entiende poco.

 

Y aplaudan por ingeniosas
las canciones de la abuela
que la soledad consuela
con sus rimas achacosas.
Si compartiera sus cosas
con nosotros en el Foro
todos juntos, como un coro,
le lanzaríamos flores
a pesar de sus errores
que en su pasión no hay desdoro.

 

Que en su pasión no hay desdoro,
es un retoño sincero
regado con gran esmero
lealtad y besos de oro.
Pues sí, quizá es sonoro
que desdeñan la mesura;
amar implica ternura,
confidencia y comprensión.
Quien ama de corazón
no le teme a la locura.
​

 

No le teme a la locura
Don Quijote en su jamelgo.
A ver , ¿con qué me descuelgo,
qué le obsequio con soltura
al de la triste figura?

De gestos caballerosos,
poseía un alma intacta;
la sesera, tumefacta
de delirios bochornosos
pero nunca maliciosos.

 

Pero nunca maliciosos
son tus versos sempiternos
que producen siempre tiernos
sentimientos deliciosos
porque son siempre amorosos
que a mí me hacen soñar
que la vida es otra cosa
más amable y generosa
que no todo es batallar
y se puede disfrutar.​

 

Y se puede disfrutar
de sardinas en almíbar,
de ardores en pleno acíbar
y el temporal en la mar.
La clave es poder amar
bajo cualquier circunstancia,
en un páramo o la Francia
romántica y seductora.
Los besos, a cualquier hora,
nos imprimen su fragancia.

 

Nos imprimen sus fragancias
los amores, las vivencias,
los recuerdos, las creëncias,
las faltas, las abundancias,

lo cercano en la distancias,
el dolor de las ausencias;
del querer, las diferencias;
del odiar, las ignorancias.

Quizá que el camino es largo
y es menos lo que se riega
y es más lo que se consume.

No suframos el letargo
que después otra no llega;
esta vida es un perfume.

 

Esta vida es un perfume.
Avasallador a veces,
otras diarias pequeñeces,
la gota que nos resume
antes que se nos disfume
nuestra esencia terrenal.
Vivir es fundamental;
nunca fenezcas en vida
pues temerle a la partida
es un pecado mortal.

 

Y de su abrazo fraterno
solo el recuerdo me queda
hasta que Dios nos conceda
encontrarnos en lo eterno.
Extraño su amor paterno
que tan poco me brindó
porque de prisa partió
dejándome tan vacía
en aquella noche fría
cuando supe que murió.

 

Cuando supe que murió
esa noche de San Juan
un zumo como alquitrán
mi corazón inundó.
El tiempo se desangró
sin premura para el daño.
Ha pasado más de un año;
su risa revolotea
si me aboco a la tarea
de tornarme en ermitaño.

 

De tornarme en ermitaño
estudio la decisión
y no es fácil la cuestión
aunque soy bastante huraño.
En unas cuevas de antaño
podría encontrar cobijo
y beber de mi botijo
pero me queda una duda:
¿Encontraré allí la ayuda
de este Foro tan prolijo?

 

De este foro tan prolijo
(prolijo en tema “locura”)
huye la humana cordura
luciendo enorme barbijo.
En general, no me fijo
en estilos y criterios.
Pero individuos muy serios
por fortuna aquí no abundan
pues harían que se hündan
los hilos y sus misterios.

Le puse diéresis, pero creo que por estar en la última sílaba tónica en realidad no debería ser necesario. No soy un experto, aclaro.

 

Los hilos y sus misterios
de unos poetas de pega
que no dudan en su entrega
buscando los magisterios.
Sin miedo a los improperios
aventuran sus escritos
sabiendo que son refritos
mas con el viento a favor
de un gentil moderador
que contiene bien sus gritos.

 

Que contiene bien sus gritos.
quien sufre de hostigamiento
para encontrar el momento
en que queden ellos fritos
que descubran sus delitos
y queden evidenciados
por su proceder artero
que respetar es primero
pues unos quedan baldados
si los hieren por pasados.

 

Despreciado es por la gente
el bueno de Cuasimodo.
Ayer, se lo vio beodo
luego de perder un diente,
desacostumbradamente
agresivo y desquiciado.
Le gritaron: “¡Jorobado,
más horrible que una enema,
no te dedico un poema
ni el día menos pensado”!

 

Ni el día menos pensado
me grabaré yo un tatuaje
a pesar de un personaje
que resulta muy pesado.
Y es que está muy interesado
en que luzca una fragata,
sabe que fui yo pirata,
en lo alto de mi brazo.
Lo hará con cuidado trazo
y no me dará la lata.

 

Y no me dará la lata
con monedas sin valor
para comprarse mi ardor
pues no admito perorata.
Soy bella y de mucha plata,
sagaz y muy refinada.
Soy “escort” sofisticada,
no salgo con pobretones
pues pobres hay a montones
y ricos, ya casi nada.

 

Y ricos, ya casi nada,
sin los lingotes de antaño
ni trajes de fino paño,
dice la muy remilgada.
Está mal acostumbrada
a cheques nominativos
y descontar los recibos
a tres meses en el banco
no le resulta muy franco:
intereses agresivos.

 

Intereses agresivos
manipulan el poder,
y no tengo qué comer,
ni hablar en días festivos.
Ya no entiendo los motivos
de esa ambición desmedida.
Hablamos de la comida
y no de yates lujosos.
No somos muy pretenciosos:
poco hace falta en la vida.

 

Poco hace falta en la vida
si se vive con mesura
sin que eso cause la usura.
Es mejor si se convida
la comida y la bebida
y se hacen buenos amigos.
Al abrirse los postigos
nos divertimos un poco
y nunca falta algún loco
que traiga panes de higos.