Un trozo de nacer

Un trozo de nacer

Me pidió un cuarto de niño magro
y no tenía al niño graso.
Le ofrecí la media parte del oído
y prefirió llevarse el más mechado,
que preparé con mucho mimo
por ser el hijo su bocado.

El agua sacia la sed, pero el hambre… ¿con qué?
Amaos los unos a los otros, comer, comer y comer.
¿Por qué no hay rosas negras, porqué?
Jardines hay oscuros en almas de poder.

¿Por qué el color tiniebla del blanco se despoja
y el agua es incolora, y el hambre no es saber?
Caníbales de siempre en la selva virgen miel
panales nos ofrecen de pobres con mujer.

Mujeres que seducen a las guerras
y ven marchar sus hombres
con las mandíbulas abiertas,
esperan la victoria y el pan para el adobe,
deseo del templo que se riega
sembrando con los pechos
y hambrientas de machotes
que son del macho haciendas…

¿Por qué no hay rosas negras, porqué?
Jardines hay oscuros en almas de poder.
Mujeres son las guerras que seducen,
con las mandíbulas abiertas
halan calmando a toda sed.

¿Por qué el color tiniebla del blanco se despoja?
Saciar también el hambre… ¿Con qué?
Amaos los unos a los otros… Comer, comer y comer.
Caníbales apuestos, donar a vuestros hijos
realeza en las fuentes del Olimpo,
fiambres y despensas... Un trozo de nacer.

 

El hambre que no se sacia es el deseo, la necesidad de un no sé qué atávico. Es el hambre del que nace la poesía. Bellos versos y muy atinados. Mis estrellas

 

Muchas gracias por el comentario, luzyabsenta. Un abrazo

 

Muchas gracias por el comentario. Un abrazo