La muerta muerte

La muerta muerte

Si la muerte es algo
tarde o temprano debe morir.
Si la muerte es nada,
que no tema la vida sufrir…
Soportará la gran batalla
y vencerá hasta al fin del fin.

Ya no tengo nada que escribir,
llegó la hora de aburrirse,
la muerte está empezando a presumir
que puede con su daga destruirme.

Yo sé que esto pasará,
que una recta se nos curva
en el espacio temporal,
y no consigue ser dilecta,
por ser línea que es flexible
en los puntos que la infecta.

Fieros rumbos del metal,
donde el químico suicidio
es un médico genial,
y aconseja a lo invencible,
darse un tiempo virtual
para ver si el cuerpo vive,
o es el simple manantial,
cuya fuente irresistible,
es remedio en el hablar
de un silencio tan sublime.

Nos hablan los muertos
desde la sala oscura;
nos dicen desmayos,
nos toman las duras,
pasando, corriendo, trotando
nos vienen sus dudas…

¡Qué vivos están!, ¡qué tiernos!,
en el pensamiento filial,
que sabe al instinto quererse,
y viera más muerte en la vida,
que muerte viere en la muerte.

 

Es un poema precioso y bonito. Y sí, de acuerdo con el final, creo que vemos más muerte ahora que cuando muramos, que haya algo después, por otra parte. Un placer. Se le saluda.

 

Muchas gracias por el comentario. Un abrazo

 

El "no ser" o "el vacío" es tangible a fin de cuentas.

Buenas pinceladas Orfelunio. Para pensar.

Gracias por compartirlas.

Un abrazo.

 

Muchas gracias por el comentario, César. Un abrazo

 

Porqué? ¿Cómo sé que he nacido? Sólo puedo intuir lo que pasa en mi semejante y en la naturaleza en general, pero no sé nada en cuanto a mí mismo sobre el asunto... Como esto es algo común a todos los humanos, resulta que ese yo espera de una u otra forma la eternidad de la nada en la toda univerdad, que es la única verdad ajena a tu verdad y a la mía.