Primaveras hojaldradas

Primaveras hojaldradas


Quesos, quesitos,
vendo quesitos
por la ventana
de mala gana,
todo enfermito.

Mi enamorada
ya se engalana,
me deja flores
con su palmito.

Se muere un ángel
de alas plateadas,
dulces de hojaldre
todo adornito;
y almas varadas
en sol amable,
por las ventadas,
recorre un pueblo
de blancas casas;
sus canaladas
canal de aguas,
desahogadas
río abajito.

Y aquel muchacho
en la ventana
del paraíso,
liba la ofrenda,
la rosa fresca;
y un pajarito
de plumas fresa
le ofrece uno
de sus quesitos;
la prenda amada,
flor de aroma, algodoncito;
y ríen las ramas del arbolito,
agitar de las hojas, desbandadas
del albor alegres en el crepito,
croar de las ranas en su charquito.

El pueblo duerme
llegando el invierno de fría estampa,
el niño se muere, y cerrada el alma,
espera el estío y su resucito.

Todo es silencio
en triste estancia;
llega la niña
con su ramito;
el pulso vuelve
primaveral
en su olorcito;
vida a sus manos
que le devuelve;
alza las palmas
sonrojadito,
y en carcajadas
se nos resuelve,
esta escena en que nos llueven,
primaveras hojaldradas
y aguas dulces a chorritos.​

 

Muy, muy tiernas letras amigo, he disfrutado leyendolas. un saludo poeta

 

Bello poema, disfrute del paseo por tus letras.
Un abrazo.

 

Muchas gracias por tu comentario Alba. Me pasó a mí, aún recuerdo las carcajadas, se suponía que estaba sin vida, y como la muchacha que me ofrecía el ramito era una niña que me gustaba, me salté el guión sin querer, y levanté las manos recogiendo su ofrenda. Un fuerte abrazo

 

Muchas gracias Mavila por tu comentario, un abrazo