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Viendo entradas en la categoría: MI PUEBLO
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Las vecinas salen a la puerta
es la hora mágica,
cuando el frío empieza.
Van soñando con el calorcito
que les proporcionará
ese ceporro retorcido
que antes de alimento ha provisto.
En una copa redonda,
con el lamento de la leña
convertido en chasquido,
lentamente se hace el brasero.
Los troncos en mitad del fuego
se abrazan con el calor
vencidos y abandonados
vierten sus últimas lágrimas,
las tenazas los castigan
con insidia.
Ahora apenas son ascuas
protegidas del viento envidioso
cubiertas
por un paraguas de cenizas
latidos encendidos son su nido.
Debajo de la mesa
su círculo soñado
será su vivienda
hasta la mañana venidera.
Los moradores de la casa
ya no tiemblan de frío
porque los protege la enagua
con su dulce calidez y una suavidad
que quita el sentido.
A Javier Alánzuri, Guadalupe Cisneros-Villa y Alde les gusta esto. -
Me duele verte subir la empinada cuesta
con lentitud , jadeante , las manos atrás.
Eres diametralmente opuesto al que idolatraba
con energía, impulso, y sin estrías
Me duele verte subir la empinada cuesta
Otrora lo hacías con rapidez, alegría
Este suspiro, que es la vida,
te ha maltratado con ansia y alevosía
La vida te ha vencido, desahuciada
tienes tu espalda, tu rostro
e incluso el tono de tu habla.
Otro remedio no tenías,
solo tus manos para trabajar
y no faltara lo esencial en el hogar
Este relámpago que es la vida
tiene que beneficiarte
con otra no tan dura
con felicidad compartida
Quiero verte esa sonrisa leve que percibía
en ti cada vez que me veías.
y allá dónde estés descansando, tendrás
un trozo de paraíso reservado.
Por eso me duele verte subir la empinada cuesta
solo y acontecido.
https://josevalverdeyuste.blogspot.com/
#1
José Valverde Yuste, 21 de Octubre de 2023A ti, a Guadalupe Cisneros-Villa, a Javier Alánzuri y a 3 otros les gusta esto. -
Por el río abajo
corre un caballo desbocado.
como un cometa
atraviesa la atmósfera
así cabalga el pinto.
A un zagal confiado
se le ha esfumado
como el viento
mientras estaba pastando
en un perdido prado.
¡Oh qué gran desazón!
las lágrimas inundan su corazón
qué se contrae roto
como pompas de jabón
que al aire se elevan.
Puede que sea una ignominia
para unos, pero en ese caballo
va su comida, su porvenir
hasta su pesado pasado.
El niño corre, como un rayo
desangelado. preocupado,
porque de no encontrarlo
la vida le dará un zarpazo,
por no poder realizar su duro trabajo.
Es imprescindible disponer
del manso animal, por eso,
no pierde de vista la nube
de polvo que va dejando
en su trotar.
Esa mirada perdida al infinito
esa cara desencajada como un fantasma
ese palpitar de su corazón ,por sentirse culpable
de una desgracia irreparable,
es señal de su preocupación.A Guadalupe Cisneros-Villa, Javier Alánzuri y Pi-Radianes les gusta esto.