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Viendo entradas en la categoría: GENERALES

  • José Valverde Yuste


    Me apropio las ganas de luchar
    del corazón,
    del día dispuesto a regalar la alegría del verso,
    apósito que cura las heridas,
    elixir de la fragancia de la luna
    cuando duerme.


    ¡Qué hermosa me parece la mañana
    cuando canta
    con sonrisa
    que desafía a las estrellas
    con su cara todavía inmadura.

    En un cielo prematuramente abierto,
    teñido de tul,
    que observa desde la llama profunda
    como emerge el aliento de la tierra.


    Estructura de lengua arrebolada,
    sentimientos de invierno que no sufre,
    luz que refresca lo oculto
    en un corazón que late
    dentro de una vida entera.


    Recelo de sangre en lozanía,
    juventud de arteria adscrita
    a la desnudez del espejo, a un sábado de grietas
    que espera descifrar la huella del poema
    cuando ladra el abismo en la mañana
    y bebo de su hilo descompuesto.


    ©José Valverde Yuste
    A Zulma Martínez y Rosa Reeder les gusta esto.
  • José Valverde Yuste


    Llega la primavera
    pintando cielos con sed de alegría,
    extendiendo el alivio
    profundo de la ternura
    en el meandro del río
    que se desnuda al reflejo de la flor
    ante la nueva vida.

    Llanto atado por rayos de colores
    que se bifurcan en la quietud
    de un campo atemporal,
    aire con sabor a pétalo
    trenza de brisa entre las verdes ramas.

    Llena de palabras la luz,
    ansía los rayos
    del perfume de la flor,
    los define con matices de palabras
    llenas de aire,
    en el germen de la matriz principal
    donde se despierta el cáliz de lo vivo.

    Es un bálsamo, esquiva la soledad,
    la cubre de existencia
    en su último aliento de risa,
    espiritual gozo
    lleno de fuerzas latentes,
    respuestas más allá de los sueños
    más allá de los tiempos
    cuando llega palpitante.

    Valle esplendoroso
    que destierra al abismo,
    prado con caricia llena de día,
    laberinto de verdades desveladas
    donde la mirada del silencio se desvanece
    entre prados y flores.

    Tal vez el amor es una promesa
    que no ha aprendido a morir
    cuando las miradas huyen
    de lo por llegar,
    en la bondad del pétalo de la rosa.
    A Rosa Reeder le gusta esto.
  • José Valverde Yuste


    No se quema la bala con el llanto,
    hay vidas evaporadas
    en fragmentos de metralla
    ocultos entre niebla sin rastro
    sobre ciénaga envuelta en dolor,
    desolado paisaje volando hacia lo eterno,
    donde los ecos de mis sueños
    se ahogan en silencio.

    Vestigios de último aliento
    adherido a palabras descompuestas
    en lenguas desgajadas de abominable himen,
    lágrimas desvanecidas en las mareas
    de los falsos rezos.

    Exterminadores que no enseñan nada,
    holocaustos de sangre derramada en tierra seca,
    breve tiempo en hoguera de voces apagadas
    en las sombras de un mundo olvidado.

    Oración perpetua que se eleva
    como incienso a la divinidad del pecado,
    orando entre cadáveres velados por nubes
    desolados, sin rostro;
    se pierden en la marea de trazo débil
    entre las polillas en la luz de la madera
    que se desvanece.

    Vidas mustias flotando como sombras
    adheridas a un tiempo cansado,
    inexorable paso a un mar sagrado
    que sostiene el instante
    en ojos de infinito dolor y rojo clavel
    que deslumbra la brevedad del mundo y su luz
    que siempre vuelve a resurgir de sus cloacas.

    Églogas del tiempo,
    sándalo disipado en grandes zanjas
    llenas de cuerpos frágiles en silencios sagrados
    que entran en sus rendijas.

    Enjaulada la vida
    en sus más frías costuras
    caminando sobre cosas donde las confesiones
    son la luz que tamiza la brevedad del cáliz,
    las sombras se tragan mis gritos
    donde fallece el pulso de la existencia
    expandida por el vacío.
  • José Valverde Yuste


    Soy una nube que no abdica
    ante un viento de pupilas claras
    en medio de una tempestad
    llena de alquitrán
    en tránsito de descomposición.

    Esqueleto que resiste a los siglos
    y derrumba el tormento de la nostalgia,
    en un corazón que sangra ante el espejo,
    herido, en un hondo lamento
    como un lienzo sin paleta que mostrar.

    Mis huesos son la carcoma
    de un maniquí embriagado
    en delirios de su propia sangre
    bajo una noche de pensamientos
    de velada débil.

    Hay en mí un poco de huracán ahogado
    náufrago buscando un hueco en una playa
    donde el agridulce frío del alma
    ya no sienta dolor.

    El lamento de un sueño bañado
    en un último temblor huidizo,
    la duda del corazón es mi luz
    y el grito del silencio mi destino.

    Entendí, al fin,
    que no hay luz sin sombra,
    ni risa plena
    sin un llanto oculto.
    A Bernardo de Valbuena le gusta esto.
  • José Valverde Yuste


    AUTOR: JOSÉ VALVERDE YUSTE
    TÍTULO: LA ADOLESCENCIA
    PAÍS: MÁLAGA/ ESPAÑA

    Un tiempo de horas inconclusas
    de reloj descubriendo las horas
    mirada brillante, perdida
    en abismo de suspiro impuro.

    Flor que desafía el latido de la prisión
    con un brote de sueños
    en un anemómetro sin usar
    aferrado a un viento sin clemencia
    cuando despierta la mañana.

    Naciente cometa en alborada,
    un estruendo de luz ceñido a la garganta
    que se aferra a la solana de la vida,
    tormenta tocando un trozo de cielo
    ante un silencio que grita.

    El zumo de la inocencia
    adherido a un suspiro azul
    sobre una mirada de infinito contraste
    ante una incertidumbre aún sin oxidar.

    Cuando el arcoíris de la alegría
    ondea en la sangre embriagada
    tiempo de privilegios en la piel
    ante la voluntad de la caricia
    y el estigma acalorado del deseo.
  • José Valverde Yuste


    AUTOR: JOSÉ VALVERDE YUSTE
    TÍTULO: AL BORDE DEL INFINITO
    PAÍS: MÁLAGA/ ESPAÑA

    Al borde del infinito
    donde todo se expande
    surge un resquicio de sombra
    que aturde a la luz.

    Un mundo
    entre el ser y la nada
    agoniza y resucita
    en la ausencia del tiempo.

    Una semilla de cálidos suspiros
    rememora el suave morir del destino
    en la memoria de los hechos sin ojos.

    Reverdece el temblor
    la voluntad se acostumbra a la ausencia
    y brota la luz entre las sombras.
    A Pi-Radianes le gusta esto.
  • José Valverde Yuste


    AUTOR: JOSÉ VALVERDE YUSTE
    TÍTULO: NOCHE DESTILADA EN VIENTRE
    PAÍS: MÁLAGA/ ESPAÑA

    Esa noche destilada
    no tiene luz en su vientre
    ni nacen primaveras de su ombligo.

    Noche con ojos sin raíces,
    adónde vas temerosa y cauta
    ¿En qué época de tu primavera
    florece tu flor nueva?

    Pétalos se deslizan
    por tu piel de mañana,
    sendas abiertas
    con lúcidos crisantemos
    levantan tu pecho al frío.

    En la transparencia de la luna,
    amaneceres abiertos
    a la luz del valle
    en oleadas de terremoto
    siguen el designio de la corriente
    buscando el puerto sin sombra.
  • José Valverde Yuste
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    Andando por estadios del tiempo
    en rostro cubierto por caminos de grava
    golpeando a la luna
    y maldiciendo al sol.


    Mas este tiempo efímero, de garbanzo en boca
    y lana de oveja de suavidad indescifrable
    destroza el pensamiento en su esencia
    como viento en canal u ola que vuela.


    Enmarañado en tela de arena
    cosiendo días,
    sílfides me acompañan en cuevas oscuras.


    También hay soles que aman la vida
    y víboras reptadoras impuras,
    caminos de velas en dirección a ninguna parte.


    Dueña del dintel donde se asoma el aire herido
    como flor de piedra eterna
    cuchillo sonriente en su día
    existencia de mano alzada.


    Tiembla la calle sin fuerza
    un escalofrío le besa la respiración
    donde se oculta el olvido.


    Entonces supe que estabas en mí
    hermosa y alada
    comiendo en mí
    como la casa en ruina besa al prado.


    https://www.facebook.com/profile.php?id=61553566010352

    https://josevalverdeyuste.blogspot.com/

    http://www.mundopoesia.com/foros/blogs/jose-valverde-yuste.118385/
    A Pi-Radianes, Maramin y El nick les gusta esto.
  • José Valverde Yuste
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    Cuando me tienta la realidad
    en sus diversas formas
    despiertan mis pesares como alas silentes
    utopías de espiral de memoria.


    Violines de sentido común
    con herpes escondidas,
    montículos de partituras de manantial
    brotando entre muros que cierran la selva.


    Descifrar desfiladeros llenos de fosos
    donde planean águilas de cielo minúsculo
    mezcladas con alcobas de estatuas adormecidas
    donde los fantasmas gritan en coro.


    Amamantar sangre aderezada con llantos
    de efemérides que no saben qué celebran
    rutinas vilipendiadas por el tiempo
    egos absortos en sus memorias.


    Testigos de humildes ruegos caminando
    por vías pedregosas, diosas en crepúsculos de neón
    envueltas en polvos de juventud
    es como arroyo donde acaba la vida.


    Sentencia de lumbre apagada
    de verdades cubiertas de polvo
    de mentiras alzadas en tronos
    caminar con viento
    aunque yo esté del otro lado.


  • José Valverde Yuste
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    La luna brilla con su luz misteriosa,
    iluminando la noche oscura
    con su manto de ternura
    En los dormitorios solitarios,
    la verdad acecha,
    mientras la soledad viaja
    por el aire a escondidas.

    En los restaurantes vacíos
    me siento a cenar,
    mientras el viento helado
    susurra bellas canciones
    embriagando mi mirada cansada
    de mirar a la eternidad.

    ¡Bendita noche tan grande y lúgubre,
    donde la verdad se esconde y perturba!
    ¡Bendita noche de pasiones
    navegando en tu vientre vives!

    Eres la rama de árbol
    que vive tan sola
    que hasta el aire oprimes
    con tus hojas de plata.

    Eres la realidad enmarañada
    donde tus sueños cobijan
    los terrores de la madrugada.

    Terrores que han muerto,
    perdidos entre sombras
    buscando respuestas
    en las noches mudas.

    Así los amores sinceros
    bajo la luz plateada
    en la oscuridad
    encuentran su refugio.

    Dos almas unidas en un solo abrigo
    en rincones sedientos de compañía
    luna misteriosa
    halo de engranaje del amor
    contigo quiero vivir
    aunque sea en la oscuridad.
    A ti y a Modest les gusta esto.
  • José Valverde Yuste
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    En la penumbra de mi existencia,
    me encuentro atrapado en un ciclo sin fin,
    provocado por tu sombra,
    encallado en tus palabras,
    amores fantasmas que me consumen
    en el mar de la nostalgia.

    En esa penumbra
    el amor se vuelve una ilusión fugaz,
    un truco de magia que se desvanece al despertar,
    y en el silencio de la noche oscura,
    tu presencia se convierte en una llama que arde
    en una chimenea vacía.

    Por más que intento escapar de tu influencia,
    tu recuerdo persiste y me consume,
    como un fantasma que me persigue,
    Reproduciéndose una y otra vez en mi alma.

    En el silencio de la tarde,
    cuando el sol se va apagando
    dejo que el viento susurre en mi ventana,
    mi mirada se pierde
    en el infinito azul del cielo.

    El susurro de las hojas,
    el canto de los pájaros
    me envuelven llevándome
    a un lugar sin preocupaciones;
    es el consuelo de un corazón doliente.

    Esta es mi vida, con cantos divididos,
    furias y tormentas, fiestas en familia,
    momentos de amor,
    algodón de relleno, suave calor.

    Entre luces y sombras, mi camino voy andando,
    recuerdos y risas, en el alma guardo.
    pienso en mis días, en cada latido,
    un collage de emociones, vivido y sentido.

    Estos rayos de vida intento plasmar en mis letras
    poemas que a veces siento
    otras los encumbro en mi memoria
    otras los respiro como la hierbabuena,
    o los uso como abanico de feria
    mientras busco con ansia
    un poco de sangre.

    No soporto las penas expiatorias
    ni las risas urgentes de los luceros,
    lo efímero convertido en eterno,
    ni los sueños de mis sueños.

    Disfruto con las palomas que galopan
    sobre
    aires y dioses compartiendo la blancura, lo nítido,
    la bondad del árbol ofreciendo
    sombra al viajero.

    Penumbra de un tiempo que camina
    por la vereda del tiempo.

  • José Valverde Yuste
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    Mirando al mar, búscame siempre,
    con viento de levante o de poniente,
    boca que miente, serpiente penetrando
    en mi vientre.

    Volando por el aire, polvo amarillento,
    azufre doliente sobre mis ojos ardiendo,
    lágrimas hirientes, lomas crujientes,
    manada de perdices adolescentes.

    Yunque y azadón, ceporro retorcido,
    viejo silente, amado de mi vida
    siempre en mi mente,
    vid de las manos encallecidas
    de agricultores, restregados por la tierra vilmente.

    En la España del miedo fuimos creciendo,
    leche en polvo, migas de aceite,
    alborada de la niebla y de la muerte.

    Espanto de la noche, tricornios vienen
    robando las gallinas y las simientes;
    pobre, abocado a ser dócil paloma,
    con los fusiles valientes.

    Espejo de la luz, sed envolvente,
    caricias del destino,
    sobre mi frente liebre y perdiz,
    estampa de mis días
    búhos y grillos
    sonidos de las noches decadentes.

    Palomas volando, sueños de libertad,
    de una España gobernada por dictadores,
    peligro que vuelven, a ser la luz,
    rayo que truena engañando a la gente.
    A Alde le gusta esto.
  • José Valverde Yuste
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    Mujer eres excelsa, mujer diez
    construida por los mejores en su arte,
    te modeló la Diosa Atenea,
    te cinceló Miguel Ángel
    y te pintó Rubens y Velázquez
    con sus pinceles de ensueño.

    Mujer de figura escultural
    en ti anidan y crecen los nenúfares y las violetas,
    recorren tus praderas los tigres y gacelas,
    y las águilas vuelan sobre los hilos
    de oro de tus cabellos.

    Mujer tienes corazón de diamante,
    pechos de fresa, cuando te contoneas,
    la tierra tiembla , tus ojos
    son los focos que dan luz al mundo.
    tus labios, pegamento cuando me besas.

    Tienes sentimientos de madre, oro reluciente,
    cuando amas dicotomía en tu frente:
    Dulce fresa, rayo imposible de apagar;
    otras veces sal, golpes maléficos en mi pecho
    haciendo mustio mi corazón sediento.

    Eres seda como el agua
    cuando por ti se desliza
    bajando de tus cabellos de oro
    por tu espalda, prado verde.
    Si desciende por tu pecho
    gotas de azahar al pasar por tu fresa, tersa.

    Mujer eres lo sublime de la creación
    por tu cuerpo pasa el futuro
    de este mundo que sin ti, sería
    nada, solo eso.
    A Alde le gusta esto.
  • José Valverde Yuste
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    Mi adolescencia fue un vendaval
    de pétalos esparcidos
    sentimientos de estar vivo
    queriendo comerme la vida
    sus latidos internos, ser un dios
    sin poder ni dinero.

    Algo distinto a lo cotidiano
    ser plumero que todo va esparciendo.
    Pero apareciste tú,
    cuerpo de bocado de manzana
    con tu delgadez de filamento de hojalata
    esa mirada vivaz, encendida como una ascua
    y me robaste el alma.

    Una espiral de tormentas solares
    sueños con trenes saliendo de un túnel secreto
    con su columna de humo al descubierto
    viajar soñando y soñar viajando
    a un mundo que no era el mío, era del burgués
    del dinero enmohecido guardado
    en latas oxidadas de terciopelo añado.

    Mi adolescencia es subir lomas inalcanzables
    picores inolvidables, trabajos sin salario
    estupideces debajo del brazo, con una dictadura
    envolvente de miedo, castañeando los dientes.

    Mi adolescencia es amor a raudales, embobamiento,
    manos sudorosas , temblores carnales;
    una rosa en el jardín de las felicidades.

    El aliento eterno de hacerte mía
    por la eternidad de los tiempos
    en el firmamento.
    A bristy y Ana Fabiana les gusta esto.
  • José Valverde Yuste
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    Con los ojos desgastados,
    cabeza rapada, desecha la mirada,
    con dientes de pirata,
    me encuentro sin dicha
    en este ocaso.


    Quién vendrá a cubrir mis heridas

    mis hendiduras de antaño,
    marcas en mi cuerpo,
    oscuridad de mi pasado.


    Manos como estropajos,

    paisajes de otros tiempos,
    campos donde explosiona el colorido,
    luces de candil, lucerito en casa.


    Amores y besos, venid conmigo

    sois mi aliento, la luna me sonríe
    al son de la brisa del silencio.


    Soñando amores

    como soles en el firmamento.

    Solo me quedé

    mi niña se fue a la era, no,
    se fue a la capital, me dejó solo
    con mi cantar, tejiendo sobre
    manteles de ansiedad.


    Mi cuerpo deshecho está

    de buscarte, mi vida, por el prado
    la loma, a la luz de la luna
    con vela de pergamino.


    No te vayas mi vida, te canto una nana

    sentada en mi rodilla, en la luna clara
    cuando los luceros te llamen, luz del alba.


    Te amo la eternidad, como los peces al agua;

    tu cara resplandeciente da más luz a la mañana
    que el sol cuando amanece en la ensenada.


    Cuando arda tu perfume y grite el cielo

    te veo mi niña, andando con pies descalzos
    porque perdiste tus zapatillas
    floreadas de terciopelo.
    A bristy, Ana Fabiana y Alde les gusta esto.