La última gota de té.

La última gota de té.


Ayer me enteré de que las mariposas negras
anidan en los pulmones del ángel Azrael,
Aún con optimismo pregunté:
¿No existe el color para las manos de la muerte?

Arrogante fue entonces la lágrima que surgió de su anhelo,
caprichosa, se arrastró ralentizando el tiempo
babeante, como un caracol
maleable, como el cristal caliente.

Amparada en la oscuridad de la noche
un galgo la bebió
y no quedó más que desazón en su lengua,
la aspereza de la sal, que se pierde
en la saliva de un lobo hambriento.

Intenté acariciar las alas de uno de sus suspiros
pero se deshizo entre mis dedos,
el lepidóptero cayó hasta enmudecer el silencio
Cloc.
.
.
Como una gota de té
que mancha mi ropa
el cadáver del insecto.​

 

polillas y té, ah hotarubi.

mirá, una vez estuve en un viejo restaurantito de una calle pérdida en el tiempo, durante una madrugada después de la disco. me llevó una buena amiga china, servían tallarines calientes: y la ambientación parecía sacada de una película de terror asiática de los cincuenta - con esos calendarios amarillentos que muestran fotos de mujeres ataviadas en sus elegantes qipaos.

la TV encendida, obviamente, seguía anclada en un pasado que te susurra suavemente como una polilla en el oído... después de los tallarines, té para pasar la borrachera de una mejor manera.

polillas y té, para atravesar la borrachera del mundo, hotarubi.

buena lectura. salud allí.

 

Yo muero por ir a una ceremonia de té en Japón, me leí el libro del maestro okakura y me hizo ver todo ese ritual desde una perspectiva más interesante.
Me da envidia sana esa historia, con lo que me gustan las historias de terror japonesa.
Muchas gracias por pasarte por aquí.

 

Todo el poema es hermoso sin duda, pero estos detalles crean imagenes que por marcan el instante con una trascendencia de significantes.
Son hermosos.

todo un placer leerte poeta.
saludos.

 

Gracias por la canción, ameniza mi noche aquí en el trabajo. Así que gracias, la letra es encantadora. Pobre diablo que siempre es el malo de la película, un incomprendido, para mi simboliza la libertad del conocimiento...la oveja negra, siento lástima por el y me entran ganas de abrazarle.

Y gracias por encontrar esa belleza en ello.

 

Arzael psicopompo...
Quizás no tiene color la muerte, pero si me preguntas, eligiría el índigo para representarla. El negro y la calabera siempre me pareció exagerado y un reflejo propio del miedo que le tienen. Por ende, el negro es el color del miedo (para mí).
El galgo, buena elección!
Hay bellezas que solo se contemplan; intentar tocar una mariposa siempre tiene sus riesgos para con ella. Hay que dejarla posarse, mantenerse inmóvil para recibir ese efímero momento de felicidad que nos regala...
Una gota, cuando se quiere una jarra, da más ganas.

 

Quizá sea como camaleón, tenga la capacidad de cambiar de color para camuflarse y pasar desapercibida.
Y coincido contigo, hay bellezas superiores, solo se pueden mirar, no están hechas para nuestro tacto.
Un saludo, karma.

 

Hotarubi,
tus poemas florecen y dan suspiros y es
increíble tu habilidad de hacer que tus pinturas
y estos se lleven bien entre sí. Soy malo para describir poemas,
pero me detuve para decir hola y que me gustan las imágenes que dejas.

Un beso por compatir tus dos artes
que parecen me congelan en una mirada del pensar...

Fidel Guerra.

 

Sólo es que tengo mucha imaginación, mucha fantasía. Siempre me han reñido por estar pensando en cosas que no debía, pero para estas cosas sirve.
Gracias a ti Fidel, por tu interés y esas palabras tan bonitas que me dedicas.

 

Las dudas del espíritu ajeno, nacen de nuestras propias dudas.
¿Cómo acercarse a algo tan frágil, sin exponer nuestra propia fragilidad?

De pronto es mejor volar libre dejando lejos los temores... si no es la mano será un ventarrón... pero es mejor que sea a no volar.

 

Exacto, lo has expuesto de la mejor manera posible. Y todos no somos capaces de volvernos frágiles por miedo al daño, así no llegamos a la pureza necesaria.
Si el mundo fuese de otra forma, no tendríamos miedo, pero todos llevamos una careta para ocultar nuestras verdaderas intenciones.

 

Me gusta volver la mirada al pasado, al origen.

Se nos pasan tantos detalles de la tierra mientras volamos alto.

El aroma de la tierra húmeda, la áspera hierba verde, el sonido del viento bajando la colina, los tibios rayos de sol bajo las ramas.