Furioso el fiero marrajo ataca la embarcación, tiembla la tripulación temiendo caerse bajo los dientes del tiburón.
Se necesita ganar un buen sueldo en el trabajo para poder disfrutar de vacaciones sin par con exquisito relajo.
Como el entrenador quiso conformaron el equipo y mantuvieron el tipo ante el contrario indeciso. Con un juego muy preciso pases largos y perfectos...
Jugaba bien el equipo que al final perdió por poco, una jugada a lo loco les sirvió cono anticipo de un resultado barroco.
Sobre zancos altísimos caminaba con pasos de gigante, llegaba, en pocas horas, lejísimos.
Salirse de las hormas que oprimen impidiendo andar ligero son las únicas formas para que el buen viajero no tropiece al andar por el sendero.