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Recopilación de textos acerca de la invención de la baba con azúcar que no oculta el fuerte olor a gasolina de los deshuesaderos.
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  1. Esta sed es una corriente, un vaso sin fondo
    que naufraga. La sed de fuego del pirómano
    que lo quema dentro siempre hacia adentro:
    que
    arda todo,
    arder con todo, que nadie pueda distinguir
    tus cenizas de las del árbol o tu perro o tu jaula.
    Es una sed de decir el agua y hacer llover
    como el chamán intoxicado por el incienso.
    La magia, la magia que concede forma
    a la palabra; Víctor grita, emocionado, ¡Esta vivo!,
    y la vida monstruosa que creó lo aniquila.
    El decir, el crear, el Logos. La sed de ser sin límites
    que enuncia el Arjé que te limita: no eres agua,
    eres el recipiente, te llenas, te vacías, te rompes:
    la sed.
    Ningún dios te habita como la nada llena de caos.
    Ahí la incertidumbre balbuce las palabras:
    Estás vivo. ¿Qué es estar vivo? Tener sed.
    Matar a los dioses siempre fue escribir un poema
    para inventarlos:
    "En el comienzo, Yahvé creó la tierra y el cielo".
    Y tú ya estabas ahí, pidiendo otra cerveza.

    Pedro Olvera, 09 de julio de 2023
    A Alizée, Medusa y Luis Libra les gusta esto.
  2. Te acuestas pecho a manta y tu sombra
    aprovecha la oscuridad
    para probarse un vestido de noche.
    Las estrellas son el límite, pero te conformas
    con un cuerpo ajeno donde el tuyo se mire
    como en un espejo de tacto
    que te replique las texturas
    y sientas tu desnudez como una música
    que confunde aromas y sabores.

    En el sueño, tú eres todo lo que sueñas.
    Si un perro ladra a lo lejos, eres la lejanía,
    el perro, la adivinación de la presencia,
    el ladrido que de repente se trasforma
    en… despertar.

    Entonces y ahora, eres tú. La pared es otra.
    La ventana no te mira hasta que no la mires.
    Y a ti nadie te está mirando.
    Tu cuerpo es un pozo y tú metes la mano,
    al menos un dedo, o dos;
    los demás hacen el resto.
    Y el resto es el universo que deflagra,
    apenas un segundo antes de ser nada.

    Entonces tomas posesión de ti,
    te adueñas del día, te nombras sol,
    y el mundo es el equilibrio de lo que ves
    y lo que ignoras.
    No hay mejor espejo que cuando te miras
    en y con tus ojos:
    y nunca estas sola.

    18 de mayo de 2023
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  3. Capa tras capa, desmantelamos la cebolla
    sin encontrar en el cifrado de su núcleo
    el cántaro de barro del que abrevan las nubes
    o la lágrima nodriza de los espejos quebrados.

    Es que no, el llanto viene de más lejos;
    son otros los paisajes que nos interiorizan
    en la garganta al lobezno atropellado
    al borde de la autopista.
    De nuestros párpados escurren, deshechos,
    los niños de la guerra y del exilio,
    las abuelas que buscan en los osarios
    del desierto, sus entrañas huérfanas.

    En nuestra voz arde el bosque que huye
    despavorido de la quema;
    los pájaros se hacen humo en nuestros ojos,
    pero nada que rebase nuestras pestañas
    sirve para apagar el incendio del mundo,
    ni abona un gramo de sal a las olas,
    ni obliga a los dioses a despertar
    de la pesadilla donde nos sueñan.

    Dentro de la cebolla no hay más que cebolla
    y un buen pretexto para llorar
    cuando el cuchillo la atraviesa:
    solo entonces lloramos por nosotros.

    08 de mayo de 2023
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  4. Era todo claro cuando era:
    el pez penetraría hasta el corazón
    del árbol y una bombilla
    habría de encenderse a las tres
    de la tarde en Nueva York
    mientras la poeta de a pie
    buscaba estrellas incombustibles
    ahí donde la sal es salada
    y nada escapa del agujero negro
    y el cuadrado de la hipotenusa
    siempre es igual al cuadrado
    de los catetos cuando se suman.

    Pero justo antes de que ocurriera,
    el pez fue pescado por el cuello,
    y se preguntó ¿Qué es el aire?,
    y al abrir la boca con la boca de otro,
    el aire se hizo inhabitable
    a sus pulmones, y reventó aéreo
    al interior del árbol,
    quien abrió por primera vez los ojos,
    se asustó de su oscuridad sin sombra,
    murió ahogado, se hizo puente,
    al tropezar con sus raíces
    cuando intentó cruzar el río.

    De esta forma, no hubo motivo
    para que la poeta en Central Park
    se detuviera ante una farola apagada
    bajo el sol inclemente de junio,
    así que el poema más grande
    y de mayor repercusión en la historia
    del arte jamás fue escrito,
    quedó suspendido en la perpetua
    posibilidad del nunca, o poesía.

    3 de mayo de 2023
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  5. Una ciudad mal borrada en el horizonte
    rutila, parpadea, o tiene sueño o
    nos está soñando, acaso,
    en nuestras camas vacías.

    Pero no dormimos,
    pensamos en cómo se miraban
    las cosas desde
    lo alto del remolino, desde
    la alta y violenta y magnífica montaña
    de viento;
    manos atadas, apretados nudos en tus dedos
    y mis dedos,
    girando, girando, girando,
    y nada mirábamos, nada podíamos
    mirar
    sino dentro de nuestros ojos:
    el remolino.

    El cielo sobre nosotros es sucio, viejo,
    le cuelgan botones descosidos,
    se diría que su luna es teta en el escote
    de una puta a la que nadie mira,
    nadie le compra un beso en un pañuelo.

    También somos una mancha lejana,
    somos los viejos átomos de siempre
    que nos mantienen como fronteras
    de todo lo demás, apenas con brillo
    irreductible de estar celestes,
    ensayando lo que será recuerdo,
    lo que olvidaremos y nos olvidará.

    Te abrazo por la espalda,
    pero no dejas de tiritar, como si te abrazara
    un muerto de frío, un frío muerto.
    La hierba en nuestros costados empieza
    a crecer dentro de nosotros,
    te siento habitada de un escándalo
    de grillos fosilizados,
    soy el túnel por el que las hormigas
    buscan la luz, si hubiera luz o salida.

    Ahora… hace frío acá abajo.
    Deberías estar en tu media cama,
    mirando por la pared muy atrás.
    Yo debería empezar a escribir este texto
    que, como todos los malos textos malos,
    empieza por el final.

    26 de abril de 2023
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  6. ¿Para qué querría mirar la noche en el cielo
    si a las galaxias le faltaran tus ojos?
    Cuando no pueda verte,
    cada mirada será una herida en la piel de la luz,
    todas las cosas serán la evidencia
    de que no pueden reemplazarte,
    solo acercarte a mi mente con los recuerdos
    de ti que nunca podrán ser tú.
    No quiero escuchar nada
    cuando ya no pueda escucharte.
    Que el mar de la lámpara pliegue sus olas
    y se silencie a oscuras donde no me encuentre.
    Que los violines se incendien hacia dentro
    y mi voz se devore a sí misma y desaparezca.
    No necesito esta ternura de plumas quemadas
    si mis manos no pueden tomar las tuyas
    y emprender el vuelo de los cuerpos,
    navegar los canales de la espalda,
    hundirse en los vórtices de los ombligos,
    andar a caballo la pradera de los vientres
    hasta que el sol reviente en nuestro sexo.
    Que esta boca se me caiga
    cuando pierda el oficio de ser beso en tu boca:
    que no reconozca el hambre, la sed y el grito
    cuando intente pronunciar tu nombre:
    ¿para qué querría decirlo si no podrás oírlo
    y atender su llamado?
    Mi amor no será más jardín en los volcanes,
    sino el perro enfermo de indigestión
    que lamió pasos de tus pies
    y bebió agua de tiempo en tus palmas.
    No esperes verlo agonizar;
    ya se va a morir a otro lado.

    Pedro Olvera / 30 de agosto de 2018
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  7. Habitar en la acuarela
    que te habita los paisajes interiores,
    ser el caballo de sangre
    que dentro de ti galopa
    con sed turbia de desbocarse en el abismo
    donde tus soles se levantan
    y mi alarido se hunde entre tus bocas.


    Conciliar la furia de los dioses
    invocando el fuego onírico
    cuando, sobre las cuerdas,
    se desarrolla un clímax fuera de serie,
    la obra maestra
    que no logra contener tanto color
    resplandeciendo…


    Porque me miras como si me dibujaras
    con los tonos precisos de tu hambre,
    de tu instinto; música que te habita
    las entrañas, y más adentro, allá,
    en las notas que persigo
    para tocarlas y poder tocarte.


    Bañarme del núcleo de tu repertorio,
    conseguir ahondar
    en su provocador exceso,
    tentándome con una sobredosis de gozo…

    Nancy Darkness / Pedro Olvera
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  8. Eran las cinco de la tarde,
    como en el poema del torero destrozado,
    pero mucho tiempo después,
    en un lunes de Santa Cecilia que empezó
    con labor de parto
    desde el domingo de ramos, desde febrero
    catorce, desde la Gran Explosión.

    Era el mes de gracia en que Michel Jackson
    lanzaba Thriller, el álbum,
    del año en que al Gabo le dieron el Nobel;
    habían inventado el disco compacto, cedé,
    y la guerra de las Malvinas.
    Perales cantaba en la radio ¿Y cómo es él?

    Faltaban ocho días, minutos más,
    vidas menos, para que el neoliberalismo
    se instaurará en el ombligo de la luna,
    en la región más transparente del aire,
    en el rencor vivo de los hijos de Pedro Páramo.
    Se robaron todo, menos la tierra
    bajo las uñas, el sudor y el llanto.
    Cavamos los surcos donde nos sepultaron
    y ahora somos bosque de una revolución
    de colgados
    de las nubes.

    Eran las cinco de la tarde,
    minutos menos, vidas más,
    de noviembre veintidós
    del milésimo noningentésimo octogésimo segundo
    año de nuestro señor El Viento.
    Una banda con tambora pasaba cerca del hospital:
    El sauce y la palma celebraban
    el día de los músicos bailando un vals.
    Mi madre gritaba o cantaba cuando nació
    el unigénito de su garganta…

    Cuarenta años tardé en abrir los ojos,
    quién sabe cuándo veré la luz
    bajo este árbol.

    Pedro Olvera / 22 de noviembre de 2022

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    Créditos de la imagen: Lizbeth Ángeles, México, 22 / 11 / 2022.
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  9. Las palabras que dices con las cortinas
    repiten un horizonte sin veladoras
    de donde no se levantan tus ojos al amanecer;
    yo quisiera entenderlas como los andenes
    que saben el idioma del tránsito y los adioses,
    pero solo quiero callar su río,
    gastar el rojo de un semáforo
    hasta colorear tu boca donde se despintó tu beso.
    Este poema es el dibujo de un abrazo
    sobre el polvo de la ventana,
    tan grande como esta ciudad borrosa
    donde vagan, perdidas, mis ansias de mirarte.

    Pedro Olvera / 11 de enero de 2023


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  10. Si tus pasos se agrietan y temes caer,
    si no te mueves,
    que el polvo camine bajo tus pies,
    que el viento te arrastre mar adentro
    o selva adentro,
    o corazón adentro hasta tus ojos.

    Solo puedo recrear tus pausas
    si bebes el sol con las pestañas
    en las gotas de la reciente hierba
    o si te rindes a la exploración del sueño
    donde te abrazas
    como si siempre estuvieras naciendo.

    Querida mía, yo soy como la desnudez
    de tus tobillos:
    solo me delata el amor por tu andar
    libre sobre la tierra
    y por mi pensamiento también libre
    de ir contigo a todas partes.

    Pedro Olvera / 02 de enero de 2023


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    Imagen: Lizbeth Ángeles, México, 22/11/2022.
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  11. Era una lúdica mujer impúdica,
    era muy sádica y sentimental,
    era purísima como las vírgenes
    y era tan frígida como un comal.

    Parecía cínica, pero era mística,
    era católica de corazón;
    parecía un pétalo su cara rósida
    cuando hizo su primera comunión.

    Comunicábase como los pájaros;
    cánticos bellos nos hacía oír.
    Era simpática, pero tan tímida,
    que nunca en público quiso salir.

    Eran blanquísimos sus blancos dientes,
    era tersísima su tersa piel.
    Cuando sus párpados nos parpadeaban,
    hacíanos daño su crueldad tan cruel.

    El péndulo de sus anchas caderas
    arrebatábanos al caminar,
    y ella, muy plácida, se hacia la sórdida
    cuando chiflábamos sin respirar.

    Hasta en el púlpito el que sermoneaba,
    se le olvidaban sermón y oración;
    cuando la célibe se presentaba,
    llenábase el templo de animación.

    Hasta una vez el señor Jesucristo
    gritó: ¡Desclávenme por compasión!,

    y allá en el céfiro y cálido cielo
    personalmente le doy comunión.

    Enajenávance los asistentes
    ante la bellísima aparición,
    y ella, con cáustica mirada pícara,
    arrodillábase con devoción.

    Así pasábanse los largos años
    y marchitánbale sin compasión,
    pero llegóse un hombre entrado en años
    que destrozóle su reputación.

    Era diabólico, decían las beatas,
    pero la pérfida le dio su amor;
    justificábalo siempre en sus pláticas:
    Es un arcángel que me envió el señor.

    Habilidoso que era el forastero;
    rompióle el cristiano y casto pudor,
    y hacía una límpida tarde de enero
    huyéronse de nuestra población.

    Por ahí contábase, por ahí decíase,
    por ahí hablábase murmuración:
    Que relajábase y que desvestíase
    en citadino Congal del Peñón.

    Conservaba sus sólidos principios,
    y cuando al tálamo se iba a entregar,
    los bendecía pa' que llegaran límpidos,
    y previamente los hacia rezar.

    Y así la mística y púdica célibe
    fue consumiéndose de inanición.
    Murióse loca cuando diose cuenta
    que cobrábase por su profesión.

    Era una lúdica mujer impúdica,
    era muy sádica y sentimental,
    era purísima como las vírgenes
    y era tan frígida como un comal.


    Autor: José de Molina




    Astrid Hadad
    La cuchilla
    Discos Continental, México, 2003.​
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  12. No salgas sin ropa a la calle: eso provoca a los hombres.
    No salgas vestida a la calle: algunos hombres se excitan con las prendas.
    No salgas sola por la noche: eso atrae a los hombres.
    No salgas con una amiga: la cantidad provoca a ciertos hombres.
    No salgas con un amigo: los amigos son capaces de cometer violación.
    No te quedes en casa: tanto familiares como intrusos pueden violarte.
    Evita la juventud: hay violadores que "enloquecen" con las niñas.
    Evita la vejez: hay degenerados que "se prenden" con las ancianas.
    No tengas padre ni abuelo ni tío ni hermano: estos miembros de la familia son los que con mayor frecuencia violan a las muchachas.
    No te cases: la violación es legal dentro del matrimonio.
    Y para que este totalmente a salvo: No existas.


    War On Rape Collective, 1977.

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  13. Ella es de Filipinas y tiene 26 años.
    Come según el tamaño de su estómago, trabaja en una rica casa jordana, lava vestidos
    Lava a Jordania, lava a Oriente
    Lava los cañones sueltos de Rusia y Estados Unidos—espadas rotas
    De vez en cuando busca en internet al hombre de sus sueños
    Montones de hombres de 29 países diferentes
    Le envían fotos de su verga a diario

    Él es de Zimbabue y tiene 26 años.
    Come según el tamaño de su estómago, pone ladrillos sobre ladrillos
    Construye Berlín, adorna París, hace que Europa se ponga de pie—un supermercado tóxico
    De vez en cuando busca en internet a la mujer de sus sueños.
    Montones de mujeres de 29 países diferentes
    Le envían fotos de sus tetas a diario

    Los dos nunca se encuentran
    Ella envejece y Jordania se ensucia. Oriente se convierte en un vertedero
    Los cañones sueltos abren mercados en los callejones y vecindarios, las espadas rejuvenecen
    Los dos nunca se encuentran
    Él envejece y Berlín se hace hueco. París se va al cielo.
    Una rata se come a Europa. El supermercado se convierte en poeta.

    Cada uno es la pareja soñada del otro
    Comen según el tamaño de su estómago
    Nunca encontrándose.

    Autor: Revin Kheder (Kurdistán, 1986)
    Traducción: Isabel López y Jiyar Homer
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  14. La pitonisa de Delfos era una mujer de una extraordinaria inteligencia; ella le dio a Sócrates el fundamento para entender la naturaleza humana: Conócete a ti mismo.

    Después, al conocimiento de los hombres se le llamaba sabiduría y se traducía en poder sobre los demás; al conocimiento de las mujeres se le consideraba brujería y las condenaba al ostracismo o a la muerte.

    Quemar a las brujas era todo un espectáculo. El público esperaba siempre que alguna escapara volando de entre las llamas, pero jamás ocurrió.

    En la actualidad, muchas mujeres que se conocen a sí mismas están llamando a otras a apoderarse de este designio oracular que hace mucho tiempo les fue arrebatado.

    El conocimiento de sí mismas es poder sobre sí mismas. ¡Qué cosa tan peligrosa para nosotros los machitos!

    Las instituciones patriarcales saben que las brujas arden con más facilidad que los edificios, pero esa hoguera inextinguible donde aún quemamos a las mujeres habrá de consumirnos.

    El aquelarre de las brujas siempre ha sido una hoguera enorme.



    8 de marzo de 2021

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    Imagen: © Andrea Murcia - Cuartoscuro
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  15. Batallas con el cierre de tus botas
    y yo enfrento aires de encaje,
    duraznos que retroceden a su flor,
    zumo que delata su terciopelo.

    -Pensé que todo el día sería cálido, bebé.

    Tiritas mientras revuelves el armario
    y yo te miro con los dientes,
    me trago mi sonrisa sin querer,
    te sonrío con todas las tripas.

    -Huele bien, ¿qué preparaste para cenar?

    Crema de queso, papas a la mantequilla.
    El plato fuerte es por entrega a domicilio
    y es mejor servirlo caliente
    y comerlo en la cama.

    -No sé tú, pero a mí me devora el hambre.

    17 de febrero de 2021

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