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    Bajo las sábanas ¡Oh temblor!
    nuestros cuerpos enredados
    como el hilo en un ovillo
    puedo sentir nuestro respirar
    nuestros corazones palpitar.

    Los jugos de los besos sacian
    tu cuerpo de expectación
    y te pondrán en camino directo
    del efímero delirio de nuestra unión

    Los dedos, cuan plumeros delicados,
    se deslizan lentamente por tu espalda
    y te encoges, serpentean, tu aliento
    dejas en mi sensible audición
    acelerando tu relajación y paz interior

    La lengua húmeda tu cuerpo, como afluente
    que busca desembocar; recorre, relame, saborea
    dos pequeños promontorios que en tus senos están.
    agitación, piloerección, tus neuronas donarán

    Bajando por tu ondulado vientre, tu ombligo,
    rodeado con suavidad, delicia, júbilo, deleite
    luego más adelante el volcán por su cráter
    grandes cantidades de magma deslizará.

    Terminando con el éxtasis desenfrenado
    que produce en nosotros, el fin de la eclosión
    símbolo de placer y fecundidad.
    Desde los tiempos remotos de la creación

    https://josevalverdeyuste.blogspot.com/
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    #1
    Última modificación: 29 de Octubre de 2023
    José Valverde Yuste, 28 de Octubre de 2023
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    Me encanta dormir junto a ti.
    Cuando me despierto contemplo
    tu cuerpo, de suave algodón
    tu piel, blanca como las nubes
    que el viento trae en su soplar.

    Tu pelo, como las hojas
    de los castaños en otoño.
    tu respiración, imperceptible
    casi sin sonoridad, pareces
    un ángel celestial, que irradia
    de gozo, mi primera imagen
    matinal.

    Cuando te despiertas, sonríes,
    buenos días, me dices
    y yo radiante de felicidad
    me agarro a ti, como el árbol
    se agarra a sus raíces, como
    la madre a su hijo cuando
    en el abismo está, como
    dos ancianos al caminar.

    Por todas estas cosas,
    me gusta dormir junto a ti
    eres la primera vitamina
    y mi fragante elixir.

    Por eso me gusta, compartir
    la vida contigo, hasta el fin
    de nuestra existencia y, cuando
    la vida se acabe, volaré
    en preciosos caballos blancos
    para repetir,
    ese precioso despertar.

    https://josevalverdeyuste.blogspot.com/
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    #1
    José Valverde Yuste, 27 de Octubre de 2023
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    Una sombra en el olvido
    con tus hijos he crecido,
    como un huracán
    se alimenta de los vientos,
    tú me has dado el tuyo.

    Jugando contigo, andaba revuelto;
    he trepado por tu espalda
    y cuando mi amado sol
    en ebullición estaba,
    tapándome con tu paraguas verde,
    me cuidabas.

    He soñado contigo gigante adormecido,
    como sueñan los piratas con gestas desmedidas,
    otras tierras;
    muchas esperanzas cobijé
    debajo de tu falda.

    Cuando más apesadumbrado estaba
    me dejabas ver la luz
    de tu mirada, tan entrañable,
    tan mansa, borbotones de confianza
    penetraban mi castillo de esperanza.

    Caudal de rosas de plata
    son tus hojas de hojalata.
    sabia de mi sangre, enardeciendo
    mi espíritu volador de montañas.

    Le dabas de comer a mi hermana,
    la mula Peregrina,
    con tus frutos de chocolate,
    caviar de animales; riqueza de mi añorada
    juventud de pergamino enrollado,
    mojándome de sabiduría de papel amarillento.

    Padre de mi niñez,
    abrigo de mi esperanza,
    siempre te llevaré conmigo
    en el cielo, en las estrellas,
    o en la inmensidad de mi alma.
    A Bernardo de Valbuena le gusta esto.
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    Hoy estaba pensando
    en la vital alegría de la vida
    las flores bailaban en sintonía,
    la danza de la armonía.

    Las rosas con su olor exuberante
    los claveles con su perfume refinado
    envidia tenía el jazmín efímero
    y la dama de noche, ¿Dónde estaba?

    Las amapolas giraban a mi alrededor
    con sus colores hirientes, paradisíacos

    Los pajarillos cantaban alegres melodías
    las azucenas se revolvían, estupefactas,
    con la sensación que, yo no escribía,
    era música celestial lo que salía
    de mi cabeza y mi pensar
    porque a ti, mi musa, te lo debía

    https://josevalverdeyuste.blogspot.com/
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    José Valverde Yuste, 26 de Octubre de 2023
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    Cuando la noche y el día
    conviven en armonía,
    cada segundo cuenta
    para diferenciar
    cuando es noche
    cuando muere el día.

    En aquel lugar,
    donde se funden
    el cielo y el mar;

    y los ojos,

    impactados, por la descomposición de la luz
    en tonos rojizos,
    como si manase sangre
    del horizonte.
    lloran de ver ese espectáculo
    tan maravilloso, efímero.

    Ahí es donde podemos apreciar
    ese instante no medido,
    ese fino hilar
    entre, cuando el sol se va
    y la luna comienza a despertar

    entonces,
    la noche ha llegado ya.
    A Melementos le gusta esto.
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    Calle vacía, palomas blancas volando,
    atrayendo la perversidad de una época
    desaparecida, del barrio de la compañía.

    Casas amparadas en un baúl de melancolía,
    reyertas escritas, dolores acaecidos,
    inmundas vidas en un mundo de inmundicias
    donde el pecado era un acto de auroras marchitas.

    Besos dados, abrazos contrastados
    libres de envidia en un mundo
    donde la vida era un respiro sin aire,
    una poesía enmarcada en la cama,
    desesperanza de una vida altiva,
    llena de perfidia.

    La noche, andando, viene a verte,
    recordando aquellas tertulias de antaño,
    fulanita con su fulanito
    ¡hay que ver cómo iba!,
    llevaba las piernas de muestrario
    en la iglesia, y la otra, era la esencia
    de la virgen, pero en el suelo.

    Dónde están los moradores de estos lares,
    donde están, son aire,
    fantasmas que te hablan al oído,
    tierra que a la tierra ha vuelto,
    o rayo alumbrando desde el firmamento.


    .
    A Maramin le gusta esto.
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    No te vayas, digo esto, cuando te has ido
    marchándote en el último tren del olvido,
    la casa llora, te echa de menos, corriente de carcoma
    introducida en mis aires, en mis sentidos.

    No te vayas soy un corazón descosido
    lleno de silencios ruidosos, estrepitosas noches
    solitarias, en un mundo desangelado e inhóspito,
    sin tu presencia, arrullo de mi aurora.

    Mis labios tiemblan, mis suspiros
    se han encogido, vagan como fantasmas
    pensando en tu vida, que ya no existe en la mía;
    es un espectro en la senda de mi existencia.

    Las alboradas son ocasos, y los días , noches
    de lunas llenas de cercos, noches satánicas
    desviviéndome por seguir la estela
    de la luz , del rayo que debe guiarme,
    ausente de la constelación eterna.

    Soy ecos de la memoria adormecidos
    sombra en el mar revuelto;
    la ola voló nunca volvió,
    fue un éter que me durmió
    en mi soledad vigente.

    La ingrata soledad me ha domesticado,
    estoy petrificado en un sillón
    viajando al pasado con mi amor
    deshecho en pedazos.

    Soy una arqueta, una cloaca sin salida
    que revienta cuando llega la lluvia.

    Un grito que me ahoga la cabeza,
    los rincones habitados
    por telarañas del pasado
    un cuervo naciendo de una mariposa
    las cadenas enredándose en mi cuerpo

    Tú aferrada a tus sueños, realidad
    u olvido destinada a vivir en tu cabeza;
    un tren sin destino, un órdago a lo mezquino
    de los suburbios del amor.

    Un posible, imposible;
    una voluntad sin deseo,
    en un barco sin destino
    y dos vidas quebrantadas
    por un torpe deseo.
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    Cuando en el banquete te veo
    mi mirada se ausenta del mundo
    y solo pone foco en tu atuendo
    que reluce como el firmamento.

    Tu elegancia al caminar
    tu delgada figura, percibir
    tu dulce fragancia exhalar
    mirarte a los ojos y decir

    ¡Qué delicia!, ¡Qué ostentación!
    el verte levitando por aquel salón
    lleno de manjares y los mejores
    embotellados añejos del mesón.

    El murmullo iba en aumento
    al anunciarse tu presencia
    con gran pompa y vehemencia
    gran halo de ostentación.

    Al fin la fiesta comenzó
    pude acercarme a ti
    y como un colibrí
    un mensaje de amor
    dejé en tu corazón

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    #1
    José Valverde Yuste, 25 de Octubre de 2023
    A luna roja le gusta esto.
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    Cómo quieres que escriba
    si tengo las telarañas oxidadas,
    la sustancia gris está deshabitada,
    no fluye el río, ni la cañada.

    No hay pájaros que cantan,
    están adormecidos, como mi mañana.

    Las colinas me dan la espalda,
    viejos hechiceros andan tras de mi
    quieren apoderarse de mi poder,
    pero yo levitando he de resurgir

    de esas cenizas muertas
    polvo blanco o gris,
    cascada o tumba, que más da;
    todo este devenir es un crujir de dientes
    una maleza que no para de parir,
    un canguro asustado a punto de salir.

    No, no quiero escribir estas cosas terrenales,
    quiero subir a los cielos
    ser trueno, rayo devastador.

    ¡Oh, Dios! dame elocución
    para hablarle al gusano
    a la ardilla, al tirano,
    acaso no son vida,
    entre los mortales.

    yo soy la muerte en este mundo
    de desvaídos lodos, carnes trémulas,
    omniscientes creídos,
    concupiscentes que no fornican.

    Dios , dame la luz
    para barrer de este mundo ese engendro
    que me tiene atado,
    en este mundo inmundo,
    de fracasados arraigados
    nos agarramos a la madera
    como los náufragos,
    somos un delirio
    en una noche de tormenta.

    Un saber , sin saber,
    hablar sin querer,
    odiar por despecho,
    escribir para satisfacer egos.

    ¡Oh! mándame al refugio del trino,
    de la ola perdida,
    del barco que camina despacio;
    quiero morir con ese barco,
    a la deriva, pero siendo consciente
    que las letras son mi guía.

    En este barrio de fortalezas caídas,
    de dioses derruidos
    en calles estrechas,
    mentes de porcelana.

    En esta vereda que es la vida,
    montañas encarnadas,
    ríos de plata, cielos provocadores
    hablan a mi mente,
    de poemas de muertos,
    de fantasmas que vuelven.

    Son fantasías de un corazón
    efervescente, en un país de discentes;
    una barca a la deriva me lleva
    a paraderos desconocidos,
    un timón guiado por un elefante
    ha de traer la felicidad a este barrio;
    las niñas ya no van al teatro,
    los hombres se masajean en solitario.

    ¿Tú me preguntas qué quieres decir?
    lo que la mente dicta a estos dedos
    al escribir,
    fluyendo sin pensar,
    escribiendo el palpitar del hombre
    en su eternidad.
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    ¡Ay riqueza mía! como canta
    la cigarra al trino de mi vida,
    es como un laúd
    recorriendo tu entrepierna.

    Hermosos montes,
    tierra agreste, marrón
    triste, como el alacrán
    que se hunde en la piedra.

    Camino polvoriento, desnudo,
    la luna brilla en tu espalda,
    las vides con el viento
    danzan tu melodía del alma.

    Almendros rosáceos, guirnaldas blancas,
    me aturdes la mirada cuando te miro y tú,
    impasible, en el camino, me regocijas
    con tu belleza de lienzo fino.

    Zarza con moras, con espinas,
    eres esencia divina,
    entre las ruinas de la cañada
    tú proliferas, ser de otra vida.

    Valle de horizonte amplio,
    veredas estrechas, río que ríe,
    montaña que drena la esencia
    de tu pasa por la ladera solitaria.

    Entre las olas de tus lomas,
    diviso el mar azul, el marinero
    se quiere morir cuando contempla
    tu blanco azahar, tu verde primavera,
    tu rojo pasión, que la sangre altera
    en los hombres de buena condición,
    voluntad serena.
    A Alonso Vicent y malco les gusta esto.
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    ¡Oh mujer! que cantas odas a Homero,
    y bajas de tu pedestal de sueños

    como bajan los luceros,
    cuando los llamas
    sobre carros de fuego.

    Desdicha de mi vida,
    felicidad de mis sueños,
    sobre cartulinas voy dibujando
    mis deseos y los tuyos,
    en bosques tropicales
    de vegetación exuberante.

    Rayos y truenos
    de una función
    de teatro,
    en un escenario de troncos retorcidos

    y hojas que florecen,
    en el musgo de tu pelo.

    Soy música de violín,
    quiero tocarte una sinfonía,
    de pasión, en un lago de rosas y violetas
    aclamando la función.
    Tú,
    la estrella invitada.

    Mujer de mis huesos,
    de mis entresijos, por la noche,
    a la luz de la luna
    con tu vestido más sensual, verde
    como la pradera
    exótico como los inseparables
    en su jaula de pasión.

    ¡Ay, mujer de fresa!
    Un sorbete con nata ,
    es un sueño de mi mente
    que quisiera compartir contigo,
    en la oquedad donde vive el mar
    y los silencios se hacen abrigo.

    Ser ola, marejada,
    compás de música de viento,
    caballos galopando en tu prado,
    ahondando en esa tierra fértil,
    donde quedan los cascos marcados.

    Ser tu regalo, tú bien preciado
    con el que sueñas por las noches
    y dejas volar por las mañanas
    cuando el sol se ha levantado.
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    Olor a perfumes exóticos
    donde la pituitaria amarillenta
    percibiendo olores sensuales, suaves, cálidos
    se adormece en la mar revuelta de tu aroma.

    Aroma a jazmín abierto, a fantasía mundana,
    piezas exóticas de bienaventuranza,
    como tu cuerpo, abierto a las aventuras
    más insospechadas, viaja a mares de lujuria,
    bañados por arrecifes de cristales,
    donde contemplar la bondad de tu mirada.

    Un vivir, sin vivir la mente,
    siempre viéndote aunque estés ausente;
    amándote como la montaña ama a sus acantilados;
    resiliencia para salir de tus manos
    que son enredaderas que me tienen esclavo.

    ¡Oh, tú, amor!
    belleza, como el ocaso del sol en la bahía
    con su arcoíris particular, con colores rosáceos,
    rojos pasión, brillante plata , claridad
    del universo profundo de mi sentimiento.

    ¡Oh, luna, amor mío¡
    quiero un hueco en tu cama, de menguante,
    con tus ojitos velando mis sueños de nácar,
    mi vida fluyendo sobre tu alma,
    en una explosión de amor para las estrellas
    y para tu corazón de lago, que me susurra
    palabras envenenadas de amor
    durante mi existencia cotidiana.
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    Hoja que se deshoja de su árbol
    en tu alma llevas mi nido
    de cotorras del sol, belleza
    de la naturaleza.

    Un espejismo debajo del cielo infinito,
    un albor en la madrugada del alma
    cuando lo jilgueros trinan
    sus melodías de vida.

    Un grito en la pradera,
    un corazón indomable, es la rueda de la luna
    cuando se acerca la urraca ,
    sombras malditas del amanecer de la noche.

    Un canto de sirena, en el valle
    donde aparcas tus sentimientos,
    por donde rueda el agua
    con su silencioso canto al camino.

    Vereda del monte de la verdad
    quiero encontrarme contigo, debajo
    de un sauce donde las lágrimas resbalen,
    porque una hoja se ha perdido.
    A Alonso Vicent le gusta esto.
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    Hoy el amor ha venido a llorar a mi lecho,
    una nana encubierta de tristeza,
    bajo el manto de mis anhelos
    le he cantado,
    sombras cayendo sobre mi pecho.

    Amor de ida y vuelta, pensamientos
    frustrados yendo al limbo del ocaso;
    felicidad yerta en un mundo de valles primaverales,
    ahora convertido en cementerios espectrales.

    Te perdí como los árboles a sus hojas en otoño,
    como la hojarasca volando con el viento
    circula a otros lares, a ninguna parte;
    ahora sueño con cometas dibujando
    tu nombre en los cristales.

    Te he imaginado configurando tu figura
    en las tinieblas, rompiendo cadenas
    ser corazón libre, liberarme de esta condena
    acotando mi tristeza, no quiero en mis pies
    más sangre con espinas.

    No vuelvas, ¿Dónde fuiste?
    me dejaste helado, sin vida
    alma errante en un paraíso sin luna
    tengo el alma gris, como el mar
    cuando lo azota la tormenta.

    Pusiste cerrojo al camino,
    hoy quieres abrirlo
    la llave se fue contigo
    se convirtió en lamento.

    Hoy, tu lago es una mancha azul en el horizonte,
    no brilla como antaño, está de paso
    y mis manos espumaderas de
    tu presencia, insinúan, que nuestros
    sueños se perdieron en el camino.

    No vuelvas, quédate en tu destino.

    https://josevalverdeyuste.blogspot.com/
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    #1
    José Valverde Yuste, Hace 3 minutos
    A Alde le gusta esto.
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    Cuando tú puedas
    das toque a mi puerta
    porque te necesito con fervor
    y me haría mucha ilusión.

    Eres mi ansiado sol
    llamarada de fuego
    que convulsiona dentro de mi
    por eso vida mía, consigues
    que me derrita de pasión.

    Mi mente se ilumina
    cuando te ve resplandecer
    mi mirada absorta se queda
    y apenas puedo ver.

    Eres un remolino de sensaciones
    que enciendes mis instintos
    me gustaría estar contigo
    para abrazarte sin remisión
    y llevarte sola conmigo
    a nuestro nido de amor.

    Por eso mi vida: tiemblo,
    lloro y rezo por vos
    no hay nadie en el mundo
    que ponga en ebullición mi corazón

    Un susurro tuyo al oído
    me basta para quererte, amor.
    por eso eres tú mi bendición


    https://josevalverdeyuste.blogspot.com/
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    José Valverde Yuste, 20 de Octubre de 2023
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