1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

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Ideas, pensamientos, letras, cosas que pasan por la mente de Gustavo Cavicchia; cosas, que no podrían estar en otro lado. Ya que no hay otro lado, ya que no lo quieren en otro lado y porque este es su lugar en el "mundo poesía". Su mujer; lo esta mirando raro de nuevo.
........................................................ ¡Qué mirada dios! o_O.
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    Nota: Taller de autores 1999. Biblioteca Comunal. Municipalidad de Mendoza.
  2. Espero que todos ustedes estén muy bien: este poema es de "José Villa" y lo tome de su blog "Nido de poetas, cuentistas y otros." Con el debido respeto que me merece el autor lo leo en un video que grave hoy. Este video contiene palabras relacionadas con actos sexuales, espero no ofender a nadie, pero son solo eso, palabras.

    Muchas gracias.



  3. Hoy a la mañana... 10/08/2016.

    ¿ Sirve de algo preocuparse... sirve de algo preocuparse ?. Vivir preocupado, vivir obsesionado con el futuro, con el qué va a pasar mañana, qué va a pasar el mes que viene, qué va a pasar dentro de una semana. ¿ Vale la pena estar preocupado ?. Creo que uno tiene que empezar a vivir más liviano; aunque estoy gordo claro, estoy bien gordo; y eso es parte de no saber vivir en el presente también. Preocupándome llegue hasta acá, preocupándome he vivido 47 años, y sino me hubiera preocupado un solo día, un solo minuto llegaría igual hasta acá... y seguramente estaría mucho mejor de lo que estoy ahora. ¿ Posiblemente no ?. En la vida creo no hay seguridades. Pero uno vive preocupado, se preocupa por los hijos si los tiene, por los padres si tiene la suerte de tenerlos. ¿ Y sé me ocurre no ?: que todo eso es... miedo, miedo, ego. ¿ Y la persona preocupada, estará realmente preocupada ?¿ Qué es lo que lo lleva a ese estado de... angustia ? Porque es muy parecida la preocupación a la angustia; o la preocupación tiene un gran componente de angustia; y estar angustiado tiene mucho que ver también con sentir miedo; o se relacionan mucho: la angustia, el miedo y la preocupación. Lo que no se... los que muchos dicen: es que se puede vivir en un estado de mayor libertad interna, sin estar preocupados, ni angustiados, ni con miedo, pero lo que no se es si es verdad y no, no, no me gusta decir: ¡ oh, uno es una persona totalmente desenvuelta!, no vive con preocupación. Vivo totalmente el presente y en el presente uno es mucho más operativo y puede resolver y puede proyectarse mucho mejor que si viviera preocupado y pensando en el futuro. Lo que no sé es si existe ese estado, si una persona realmente puede vivir en un presente absoluto, en un presente continuo, no, no lo sé. O lo he vivido muy pocas veces y no sé si han sido estados de muchísima angustia lo que da eso ( la sensación de vivir en un presente absoluto ); la persona que dice que vive absolutamente en el presente como si fuese una especie de contemplador mahometano o una especie de buda no se hasta que punto esta vendiendo su propia angustia o su propio miedo y no deja de ser algo mercantil. El sentir angustia y el estar preocupado por un futuro en alguna medida, en algún punto, es una actitud sana, es una manera de... esta dentro de los mecanismos de defensa yoicos, del yo, de lo que somos como seres humanos, osea: prevemos, tenemos imaginación, por eso miramos el futuro, y el futuro, ya cuando se torna demasiado oscuro en nuestra imaginación, quizás, si sea patológico, pero el prever el futuro, el tomar ciertas medidas hoy para tener un futuro mejor estaría dentro de lo que son los mecanismos de defensa de nuestra personalidad, del yo, osea, estudias para hacer un buen examen, ahorras algo de dinero para comprar algo o para enfrentar alguna crisis económica en su momento y eso no esta mal. Creo que el problema esta cuando pasa a ser patológico, pasa a ser limitarte en el desarrollo de una persona; alguien que no puede salir a la calle porque tiene temor ha que le caiga un piano en la cabeza por ejemplo y esto esta relacionado con las fobias. Lo cierto es que cuando hay pesadumbre económica en los países, cuando se disminuyen las posibilidades de ganar dinero y se hace tan difícil como acá en la Argentina quizás sea natural temer por el futuro.

    Bueno eso les quería decir; ahí viene Susana. Hasta luego.
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  5. Muchas Gracias por pasar.​


  6. ANOCHE SEr
    .


    Asisten mis ojos
    al degüello aterido del sol,
    fluida sangre
    que dinamita los colores
    de la tarde.

    Àrboles de tiesos dedos
    dibujan un cielo perfecto
    a los ángeles risueños
    del invierno.

    La trémula vela de la noche
    enciende el murmullo
    de los astros cristalinos.

    En la
    indiferente
    pupila
    del ocaso
    SÒLo
    queda
    este
    crepùsculo,
    arena
    sujeta
    al puLso,
    oscUra
    marea
    de las
    veNAs,
    sotavento
    de espanto:
    por tener en el cuenco de las manos
    otro dìa litado
    en el lento gravitar del univers6.

    .10/07/2007
    .​
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  7. descargá

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  8. podcast


    [..]

  9. [ música]

    ...
    En mis momentos de mayor desesperación existen dos cosas que me aterran y me fascinan al mismo tiempo del universo; la primera es la inmensa complejidad que encierra y cuya resultante final, su mayor expresión, es la creación de la vida consciente y lo segundo; es la absoluta falta de sentido que esta tiene.
    ...

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    Por Gustavo Cavicchia.
    Del libro "La palabra inconclusa."
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  10. ...


    Nunca se sintió tan triste, con ese brillo que dejan en el aire las campanas de bronce, el diáfano atardecer cantándole en las espaldas un melodioso drama de ocaso.

    El cansancio lo llevo al último banco de plaza, al postrero sillón de cavilaciones viejas, podía morar la desvalijada esperanza bajo la sombra protectora de los árboles, ver pasar la gente desde su quieto atalaya de huesos, como ríos o serpientes, persiguiendo las ansias de sus sombras, sus íntimos deseos.

    Miraba desde sus grises ojos de tristeza; el gris sol, los grises niños que jugaban, la gris ropa con la que vestia el mundo.

    Pensó en el mar, en los colores, en la última vez que la vio; su hermosa mano en el aire, grácil paloma suspendida de la nada del silencio detrás del cristal en el bus que la llevaría lejos.

    Pensó que volvería, que traería con ella amor y otros milagros, que por fin amanecería su cuerpo roto desde la luz y los colores.

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  11. ...​

    Se había acostumbrado a sus zapatos nuevos, a su camisa que estaba de medio planchar y a las medias de dos colores (casi iguales); nadie se daría cuenta en el trabajo de esas medias (se dijo seguro), mientras tomaba té taragüi; porque del café no existía ni el olor de café.

    Se había acostumbrado: al olor de fritanga de la cocina, a la inmensa parva de platos sucios y vasos no tan sucios que vaya uno a saber como se fueron juntando.

    Digamos que estaba bien después de dos días de perfecta soledad austera y digna.

    Se prendía un cigarro philip morris, daba de comer al gato kitekat a prueba de piedras ranales... cuando llamaron a la puerta, llamaron suavemente, como si el viento arañara la madera.

    Ella allí parada, espiga, trigal moreno bajo el sol de noviembre, inmensos ojos para perderse dentro* (ver nota al pie de página).

    Ella, la mala, mala, en el lindel de la puerta, en el limite del cuerpo que dejo abandonado como el esqueleto de un barco hundido, mala, mujer y hermosa.

    Allí estaba ella... y la dejo pasar.

    Digamos que estaba bien, que ahora esta mucho mejor.

    Juntos se pusieron a limpiar la casa, a desordenar la cama.

    Llamo al trabajo para decir que estaba enfermo.


    ...

    *Ojos moros, marrones y totales del color de la tierra húmeda;
    lugar universo donde ir a descansar los sábados a la tarde.

    Por Gustavo Cavicchia.
    Del libro: Apoemas
    http://www.elarpatartamuda.blogspot.com
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  12. ...

    Qué agradable es ponerse a escribir después de un día de trabajo en la maquinita (por mi computadora; no creo poder redactar nada en una maquina de escribir de verdad), mirar por la ventana del cuarto donde estoy sentado en casa, y ver ese sol mendocino entregarse a la montaña; qué lo abraza, qué lo estruja, qué le exprime, por así decirlo; hasta su última gotita de color amarillo y naranja: que no es otra cosa que la sangre del sol, que chorrea por todos lados ; por las casas, por los autos ( que no veo, pero siento sus chillonas bocinas en la calle), en el patio, en mis perros, en mis plantas hasta desangrarse completamente, morirse y permitir por fin que se haga la noche.

    Qué hermoso, qué rico, qué sabroso es dejar la mente subir al cielo como un globo morado que nadie ve. Gritar con el pecho abierto sin temor a los ecos o decires de los demás; es romperle el tuje a la monotonía, tocarle el poto a la seriedad, reír, cagar, oler a las mujeres y a las flores y a las mujeres robarles besos con lengua y bocas enamoradas... ¡dale campeón.! Y a las flores robarlas porqué si... porque son lindas.

    Qué lindo es darle rienda suelta al panteísmo del alma, romperse uno en diatribas de colores, en arco iris inmensos, en soliloquios áfonos sin sombras y dejar que el verde de la vida te domestique el orti/vb/a dictador que en menor o mayor medida todos llevamos en nuestro interior silencioso.

    Estar solo en casa es despacharse el cuerpo a cuatro manos, es vivir sin jefes, sin horarios, sin las cuadradas expendedoras de café de las oficinas públicas, esos cuarto de tortura, esos infames antros hambrientos de nuestra energía vital, de nuestros sueños más sinceros.

    ¡Cómo me gusta!. ¡Qué hermoso!. ¡Qué agradable!.¡Qué lindo es estar solo en casa en bolas y realizarnos como se nos de las reverenciadoras pelotas!.


    ...

    Por Gustavo Cavicchia.
    Del libro "La salud de los carnívoros y otras hirvas".
    http://www.elarpatartamuda.blogspot.com
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  13. ...​

    Hoy es un día valija, uno de esos días que pesados en extremo uno arrastra por una terminal mal dormida, trasnochada; cuyos inquilinos deambulan cohabitados de efímeros destinos. Pesa; por su asumida mediocridad: en las rodillas, en los tendones de la espalda, en los ojos entornados de mi gata barcina que cuelga el amarrillo de su iris de la tarde echada de bruces como un fénix agónico.

    , hoy ha sido un día grávido, difícil de tragar, donde la trasnoche que se avecina (sumisa, placida hija de un lugar común), nos trae su itinerario de corso a un único espectador desinteresado; que soy yo y que no quiere dormirse.

    Hay otros días, los verdes días, los coloridos días tembloroso de amor, días de todo posible milagro (porqué el amor es un milagro) aunque para saberlo, hay que observarlo todo con ojos de anciano centenario; dejando que la nostalgia nos haga suspirar vergonzosamente ocultando nuestro rostro del cristal de las vidrieras del centro; que devuelven una figura con muchos kilos de más y una agilidad, que en el mejor de los casos, puede ser catalogada de una frágil sombra de lo que fue en antaño.

    Pero no todos los días son malos, me refiero; a estos días contemporáneos, a los días de esta semana por ejemplo, al día de ayer sin ir más lejos donde víctima de un ímpetu inusitado cojo: remera, pantalón deportivo, filmadora digital (que nunca uso), y ya provisto de esté moderno equipamiento, me arrojo a la merced de los caminos mundanos del bulevar que corre por kilómetros abrazando íntimamente la vera de una de las tantas rutas que apuñalan dolosamente el corazón indiferente de esta ciudad donde vivo.

    Imagino; mientras camino: aviones, gárgolas exuberantes que se dejan caer macizamente de la catedral más próxima de una forma oscura y misteriosa, palabras que no existen pero que van formando este relato, una historia, que les quiero contar, pero que olvido tres pasos más allá del sueño que me vence, que arroja su hipnótica arena a mis pesados parpados como valijas, como este día indiferente donde se apaga mi conciencia.

    ...

    Por Gustavo Caviccchia
    del libro "Lugares Comunes"
    http://www.elarpatartamuda.blogspot.com.ar/
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  14. Vengo desde el jardín. No traigo muchas expectativas de hacer algo. Últimamente me pesa realizar otras actividades que no sea trabajar. ¿ Estaré más cincuentón ?: - sí, claro, sin dudas ( me respondo; con un decir profundo y grave que es mí voz interior ). ¿ Cómo era la palabra; esa que gusta tanto a quienes realizan “manager coaching” por YouTube ?... estaré haciéndome más viejo que no la recuerdo ( me vuelvo a responder pero esta vez con una voz un poco más aflautada, sin llegar a ser afeminada, digo; por el temor al Alzheimer ) ?... es un verbo muy utilizado entre ejecutivos imberbes de internet: hace referencia a postergar un hacer deber por un hacer placentero, pero, de menor relevancia; es lo que se dice: perder el tiempo en cosas sin trascendencia.

    Así que ahora miro la biblioteca; que es un conjunto de tablas de madera rústica, sujetas en escuadras de metal y estas escuadras a su vez sujetas a la pared. La misma esta llena libros sin orden y de muchas otras cosas que no tienen clasificación; como: cajas, juguetes viejos, lapiceras, bolitas de vidrio, algún vaso que olvide sobre esos estantes y cuadernos.
    Nunca arreglé esas tablas, quería lijarlas para luego pintarlas de blanco, pero fueron quedando para luego, y luego, para más luego, y así; hasta el infinito.

    Los cuadernos son a rayas con tapa dura (nada baratos, traídos de Santiago de Chile ); observo uno amarillo. Casi todos con dos páginas, unos pocos, con tres páginas mal escritas. Quedaron abandonados hace años, y ahora los miro llenos de tierra, apilados entre tantas otras cosas como desechos sin valor. En esos cuadernos iba a colocar poemas hermosos, maravillosos relatos que nunca escribí.

    Ahora recuerdo a mi abuela cuando decía: - Gustavo, nene, que pena me da ver ese repasador en el piso.- Sí abuela... ¿pero: abuela porqué te da pena eso?; preguntaba yo tontamente; - porqué te va a comer la vagancia: ¡qué va a ser de vos el día de mañana si no sos capaz de levantar ese trapo del suelo por haragán !... cómo jodía mi abuela Colina con esas cosas. Y agregaba como remate: -¡ pobre tu madre!.

    Era su manera de decir : - Gustavo, nene; deja de procrastinar.

    Por: Gustavo Cavicchia.
    del libro "Lugares Comunes"​
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