Ya no estaré...¡me habré ido!

Mi rostro se diluye
en busca del instante que te abraza
bajo el peso siniestro de tu ausencia...

Aún te espero en la misma esquina
con el temblor del rayo en mis manos
atragantado de fuego en mi garganta
deteniéndole a la espera su grito desesperado.

Cuánto tiempo ha pasado mujer...
y sin embargo germina la semilla del recuerdo.
La eternidad divina de tu sonrisa permanece.
la noche con su plúmbeo color sigue presente
y el viejo bar de don Paco López hoy sigue abierto.

Hoy te espero amor con ansias
porque sé que existes entre mis muslos
tu aliento de mirtos en silencio los mastico
y me bebo el poetizado vino de tus versos mudos.

Ya casi son las diez...
la luna se disuelve en su espejismo
cae la lluvia en briznas de dos filos
esmerilando la distancia de nuestros destinos...
sobre esta bruma azul que me envuelve
soy el verbo mismo de tu poema escondido
espíritu y carne para seguir viviendo
tatuaje con mi nombre en tu corazón escrito.

Mañana saldrá la luna
pudicamente bella con su radiante brillo
el viejo bar abrirá sus puertas al mundo...
en la distancia sólo estará la luz de tu vestido
yo no estaré...¡no estaré ya!
ya me habré marchado...me habré ido...
cargando por los estivales mundos
tu gran amor....tu desprecio...¡y tu cruel olvido!


Tato Ospina

 

muy triste ¿qué hiciste?me trajo recuerdos...
un placer leerte.

 

Conmovedor, precioso, hermoso, una divinidad muy bonita, muy linda.

 

Sentí un corazón palpitante en cada verso, así el poema cobra vuelo y traspasa fibras.

Un fuerte abrazo.