Y cuando el fuego (Romance)

Y cuando vea la montaña
cerca de la mar ardiendo,
¿quién le pudiera llevar
las olas en aguaceros?

Y cuando encuentre la tierra
parecida a un cementerio,
¿quién fuera escobón de ramas
para limpiar mausoleos?

Y cuando empiecen las lluvias
vendrán los arroyos negros.
¿Quién se acercará a beber
ese río de veneno?

Y cuando quiera la luna
iluminar los senderos,
¿quién se los enseñará
si serán solo recuerdos?

Y cuando los que se aman
quieran buscar los helechos,
¿quién les dará nido blando
donde llenarse de besos?

Y cuando mire el poeta
crepúsculos cenicientos,
¿quién le dará otros jardines
para su acordado acento?

 

Precioso y excelente romance amigo. Me ha encantado. Te felicito y te envio un fuerte abrazo Salva.

 

Y cuando el jardín nos pidan,
alla arriba en ese Cielo;
paraiso nos fué dado,
paraiso que ahora es yermo.

Tu poema es para leer muchas veces y concienciarnos el daño brutal a la naturaleza.

Un fuerte abrazo

Alfonso

 

Me alegro, amiga Paloma, que hayan sido de tu agrado estas estrofas y agradezco mucho tu valiosa compañía.
Con mi abrazo bien fuerte.

 

Muchas gracias, mi querido Alfonso, por este comentario que además tiene el valor añadido de estos concienzudos versos tuyos.
Con mi abrazo bien fuerte, amigo.

 

Este romance que veo dedicado a los desastres tremendos que causan los incendios forestales, Lesmo, me ha parecido un acierto poético total; es un lamento lírico al horror de ver cómo se destruye ( mejor: destruyen) la naturaleza verde.

Mi felicitación, amigo.

 

Ahora veo que le has tomado el gusto a los romances y que los resuelves con la belleza y la pericia a la que nos tienes acostumbrados.
Es una magnífica reflexión... ¿Quién podrá para esta hecatombe?
Un abrazo.

 

Celebro, querido compañero, veas estas letras de esa manera. Agradezco mucho todas tus visitas que suponen siempre una alegría para mí. La verdad es que los incendios que azotan la tierra donde vivo inspiran este llanto que se derrama en forma de estos versos.
Recibe mi abrazo, siempre desde la amistad y admiración.

 

Cómo no admirar de esta forma su gracia ya que los romances han dado momentos de gloria indiscutible a nuestra poética castellana. Te agradezco muchísimo, querida amiga, estas apreciaciones llegadas de tu extrema generosidad que me sirven de un muy alentador impulso.
Con mi abrazo desde la amistad sincera.