volaras ¡quien sabe!

Si al morir pudiera;

Llevarme mis horas perdidas.

Me sentara sin prisa,

Con el corazón en calma,

Plasmando mis rimas

Sin miedo en el tiempo


Pero al morir: podría mi pluma,

Sin rumbo, al mundo “yerto”

Surcar las olas del cielo,

Plasmarse a solas.

Un poema de invierno

En el lecho de un muerto.


Más solo y estrecho,

Reniego estas horas;

Pues estoy escribiendo

En el tiempo perdido,

Mis poemas inciertos.

 

La muerte se mezcla con la incertidumbre y el miedo...
Quizás no sea tan extraño, estamos lejos de comprenderla.
Saludos,

Palmira