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Vieja Europa

Tema en 'Poemas Generales' comenzado por David Bernal, 23 de Enero de 2022. Respuestas: 0 | Visitas: 226

  1. David Bernal

    David Bernal Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    8 de Marzo de 2020
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    Género:
    Hombre
    La ciudad dormida.
    Y también despierta.
    En las horas de los poetas.
    De tarantas y saetas.

    Lucen las farolas.
    Van creando sombras.
    Gritan las tabernas.
    Y los corazones.
    Corceles en guerra, son las avenidas.
    De cristal oscuro, brillan suspendidas.

    Luces de otro mundo, como las luciérnagas.
    Árboles susurran, al compas del viento.
    Suenan engranajes, estos los del tiempo.
    Una bruma espesa, corre los cristales.
    Un ladrón y una ramera brotan flores rojas.
    El viento sobre las aceras, silba su pelea.
    Bajo el puente el musgo.
    Guarda sus secretos.

    En la vieja europa ha llegado el invierno.
    Libres ya por fin del infierno de la iglesia.
    De esa inquisición que aun se le siente el miedo.
    Del cotilla, la maruja, del tunante pesetero.
    Se oyen unos pasos, y hay en las ventanas.
    Mil ojos mirando, susurrando agravios.

    Tierra de castillos, de mazmorras y torturas.
    Barro en los zapatos, y en el cuello el cierzo.
    Mendrugos de pan de soledad sazonados.
    Faltan los recursos, ahora ya esquilmados.
    Y es en estas noches, cuando más lo siento.

    Y es que se siente aun el hambre del hidalgo.
    De calzas rotas y jubón de terciopelo.
    Bordados de oro mientras ruge el vientre.
    En la noche oscura, esta de las eras.
    Como el vino rojo, ese de Valdepeñas.
    El orgullo y ego de una tierra de corsarios.
    De conquistadores tratantes de esclavos.
    Que con sus cañones horadaron buques.
    Y que con sus perros masticaron indios.
    Quedan en tabernas sin ningún destino.
    Muertos de ese tedio que les da el progreso.

    Cae la rociada sobre las calzadas.
    Miro los barrotes desde mi terraza.
    Arrebatáronles toda su fuerza.
    Para convertirlo en rosas, lagrimas del tiempo.
    Por lo que seremos, y lo que un día fuimos.
    Por esas mentiras que nos inculcaron.
    Para hacernos mansos.
    Y clavar el hierro.
     
    #1
    A Alizée le gusta esto.

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