Vacío

VACÍO


La sagrada soledad consolidó ya sus frutos,

la bóveda se hizo carne y yo habité en sus entrañas

como un extraño dolor, como una llama.

Era la soledad la monodia de mis días.


Creaciones y recreaciones de los dioses y sus brillos

alucinaban mis noches, oscurecían mis días;

y las flores se iban alejando río abajo,

pero siempre, yo soñaba, me quedará el puente.


Ese puente redentor de la angustia de estar vivo,

el puente que salvó a Celan de ser mediocre.

Bajo el puente, aguas negras y un abismo

y las flores que, ajenas a mi destino, se alejaban.


Dentro, en la impasible soledad, ya no estaban los espejos,

aquellos mis yoes falaces que no sufrían ni soñaban.

Dentro, junto a mi soledad impasible, la luz se hacía más densa

y se atenuaban los ecos de mis palabras vacías.


Y la nueva realidad brilló como un fuego fatuo:

dentro de esa bóveda última la soledad no existía,

era yo un dorado coleóptero, inmóvil en un universo frío,

un Sísifo irredimible del que nacía el vacío.

 

Muchas gracias, Nommo, por tu lectura y tu extenso comentario a mi poema. En verdad me ofreces un panorama inédito para mí, de los sentimientos y actitud vital que, según tu visión se desprenden de mis versos. "Así será si así os parece" que escribió William S. Es verdad que la visión subjetiva de una manifestación artística (pintura, arquitectura, poesía...) ofrece al autor aspectos inéditos de estas obras, insospechados para él. Es lo que tiene el análisis crítico, en este caso mío, por fortuna, benévolamente crítico. Hay cosas muy ciertas, como la de que como bien y todos los días. Lo demás sería revisable, aunque no niego, de entrada, su valor. En todo caso te estoy muy reconocido y espero seguir contándote como crítico en mis próximas publicaciones. Un cordial saludo,
miguel