Un pasado con cara de pasado.

UN PASADO CON CARA DE PASADO

Parecía una Penélope pero no estaba allí esperando a nadie; no tejía ni destejía,
tampoco llevaba bolso marrón ni zapatos de tacón, solo zapatillas.
Gustaba de las estaciones de ferrocarriles, terminales de buses, aeropuertos, por eso no era drama para ella si se atrasaba un bus, no salía el avión, en trenes ya no iba. Pensaba que en esos lugares nadie la conocía, podía estar tranquila y a la vez contemplar, encontraba material para escribir. Le apasionaban las estaciones de trenes, lo que veía, el chirrido de los rieles que escuchaba, gentes que bajaban y subían; saludos y adioses, era todo tipo de rostros y podía leer sus emociones, su llantos resignados, la alegría descontrolada de enamorados le gustaba; el cuchicheo de los encuentros fascinaba y un recuerdo de madre siempre la abrazaba. Un libro llevaba, Huidobro, le gustaba el creacionismo de Vicente Huidobro pero cuando llegaba la máquina lo dejaba para observar el paisaje humano que se desplegaba.
Un día pasó un tren extraño, llevaba un nombre, más extraño:”Tren del Pasado”…
-Vaya, esto sí que es raro, un tren con nombre pintado- y no hubiera sido nada, cosas así, siempre pasan ¡pero no!, alguien baja la ventanilla y la llama por su nombre, sonriendo…Está emocionado como si siempre la hubiera buscado y al fin encontrado, pero con cara de pasado.
–Esto no me está pasando- ¿Estoy enloqueciendo de tanto venir a los andenes? y el viajero se levantaba de su asiento para hablarle, era más que entendible.
Rápidamente se pone de pie, toma su sombrero, su bolso NO marrón, el libro de Huidobro y se va de prisa, se pierde entre la multitud y una vez afuera piensa:
Su cara y su piel estaban igual y mucho tiempo ha pasado, no, aquí algo está mal…
Buscó las llaves, total el trayecto a casa era poco, la pierna no iba a molestar pero de allí, tenía que marcharse y ¡Rápido!
Tenía un presente y con el cara de pasado no lo iba a juntar.



Margarita
21/08/2012

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El trasiego por andenes inciertos, de una mujer que no lleva zapatos de tacón, radica en ir midiendo las sombras, metiendo en su maleta vacía el vapor de las locomotoras, queriendo sentir el sueño que traspasa los párpados cerrados de un viajero imaginario.

Saludos Elisalle.

 

Woow, que historia querida, definitivamente el pasado abunda en nuestro presente. Este pasado con cara de pasado nos lleva directo a una imaginación que, en mi percepción, es una situación extraña, pero NO imposible. Verdaderamente el final es una imagen que me deja con ganas de parte dos. Estrellas y mis aplausos. Te estima y admira, este poeta no poeta.

 

Me parece que hay que tener algo de química para que a uno le lean algo así. Mira, esta la subí muy
temprano y si no fuera por ti estaría ya en su cuarteles de Invierno. Es todo una metáfora.
Muchísimas gracias por estar, Engel. Me alegra que hayas venido a Mundopoesía. Un abrazo.
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Muchas gracias mi niño bonito. Me alegro que te haya gustado. Qué pena que muchos compañeros no leen Prosa ¿No te parece? pero bueno, cada cual con su gusto. Esos pasados que regresan con la cara de siempre no son fiar, algo esconden y no tan solo debe ser en un andén, ahora hay otros medios más rápidos pero a veces, igual demoran en encontrar lo que buscan, además, por favor, no pueden tener la cara del pasado o ¿se han embalsamado?.
Muchísimas gracias por pasar, Tony y dejar tu comentario muy acertado. Un abrazo grando para ti.
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Hola Margarita, una prosa que sigue el camino por nosotros marcado, pasado con cara de pasado, es curioso como se cita...Cuando aunamos ambas lo es quizás porque necesitamos de forma urgente de ese pasado y todo el se nos hace presente e incluso palpable.
Buena prosa amiga mía...Un abrazote de tu amigo José Manuel. Un beso.

 

Talento innato en tu pluma te hace plasmar imagenes que llevan por esos andenes de pasados que siguen esperando el tren indicado y el pasajero que decida abordarlo y volar, imaginarse con el... gracias por compartir y por dejarnos ese gusto de leerte, es un verdadero palcer... te dejo mi respeto de siempre y mi abrazo en la distancia...

El angel RENE

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Primero que nada decirte que...¡¡Amo a Vicente Huidobro!! Tanto que he escrito y estoy escribiendo algo con su estilo creacionista.

Me emocionó ver que el libro de tu personaje sea de él, y me encanta cuando alguien más gusta de su estilo, porque no es para cualquiera, y al ser tan difícil, es muy raro encontrar lectores de él.

Respecto a tu historia, es cuasi fantástico, sino fuera porque el final engloba toda la metáfora en la que se basa la historia... El pasado a veces vuelve a nosotros, y sólo nosotros decidimos si queremos volver a sumergirnos en nuestras viejas historias o disfrutar de lo que tenemos hoy.

Porque no siempre, las cosas son como las recordamos, y ese choque, suele ser más doloroso que dejarlo simplemente como recuerdos de caminos ya transitados.


Interesante prosa!!!

Saludos

 

Un relato interesante, que capta la atención y nos hace devorarlo con curiosidad. Muy entretenido. Me gusta. Un abrazo. LUIS.