Un aullido entre el polvo

Otra vez viajan los trapos
al tiempo donde los niños
yacen debajo de polvo,
junto a un aullido en quietud.

Despierta el trapo al aullido,
airea a los niños, levanta
a las infancias de polvo
y el hoy se vuelve de harapos.

Es cuando quieres volver
a ser ahora quietud,
un sonajero de ramas
que nos envuelve y nos mece
como una nana de luz
mece al ocaso que trae
sábanas de telarañas
para tu infancia de trapo.

 

Del polvo venimos, y al polvo vamos a dar, reza un adagio.
tú, nos ratificas en este fenomenal poema.
Fuerte abrazo amigo.

 

Gracias Ramiro.

Va un abrazo.