Tus escleróticas

Rubicunda… hermosa mujer eres,
pródigo pétalo de amor fino.
Vestidura viva de lo divino.
Selecta toda entre las mujeres.​

Áureo brillo, tu sedoso cabello,
al viento fulgura mientras te lo mueve.
tus escleróticas, color de nieve,
lustran a la noche con su destello.​

Ojos plateados; terciopelo puro
de labios rojos…, el amor ofrecen
a mis avideces, y anochecen
con su ternura, allá, en lo oscuro.​

Alma pura…,candor;un te adoro…
Tez blanca…,cuerpo esbelto;un te quiero…
porque de tus sentimientos espero
que digan que soy solo tu tesoro.​

Estos versos te ofrendo rubia mía.
Te dedico y regalo con la calma,
de saber que mía, tú serás cada día,
y que tuya también será mi alma.​

 

Maravilla de letras preciosas, emocionantes y divinas.

 

Muchisimas gracias maestro.

Un abrazo.