tributo a Cudillero

Amanece un bello día
en un pueblo marinero.
Ya no veo ningún barco
amarrado al bello puerto.

¿Dónde estáis bravos marinos,
dónde estáis?, no alcanzo a veros.
Estáis con mala mujer,
amante al salir del puerto.

Ya despiertas las mujeres.
Ya despierto todo el pueblo.
Los críos para el colegio.
Olor a pescado fresco.

Olor a aromas del mar.
Gaviotas allá a lo lejos,
donde pescan los marinos,
los jóvenes y los viejos.

Que magia guarda el bendito,
te ha bendecido San PEdro;
con su mano te ha tocado,
te ha hecho así, Cudillero.

Entre gaviotas, pescado
y charla entre los pixuetos
han sido amenas las horas
y la tarde pide tiempo;

y con ella se ven cerca
los barcos de vuelta a puerto.
La descarga del pescado
y la venta de los sueños.

Otro día más de faena.
Luna, acunaa Cudillero,
haz que descanse su gente,
susúrrales desde el cielo.

Protégelos, Luna hermosa,
al igual que hace San Pedro,
que mañana es otro día
y al mar irán los pixuetos.

Ahora que descanse el mar,
la Luna y todos los tiempos.
Descanse la bella villa
nombrada así: Cudillero.​