Tarde ha llegado el lamento que me hizo fuerte

Retumbar la luz del etilico amanecer,
que desmolda el cuerpo de la perdición,
metafora de la dulzura insaciable que hoy muere,
y se disuelve en brazas candentes,aunque suaves en un cenicero.

Duerme la indomable imagen de tus recuerdos,
que hermosas alineación de trazos perfectos ,
las sombras que dan el volumen pefecto a tu rostro,
y en pintura de simples colores tu retrato eterno me tortura.

Conmovedora cazadora de las mejores lunas ingratas,
poseedora del aullido que se calla y queda mudo sin saberlo,
eres la maldita alegoría del destierro,aquel que fue mi cielo,
mis reflejos sombríos y ebrios sucumbieron amortiguados al perderlos.

Que hay del desborde del río que enmanda tus ojos,
agua que se derrama y como cascada se desliza por tu cara,
sofocando el llanto que trata de salir disimulada por tu boca,
ahora es la culpa que toma tu corazón de piedra y lo tritura.

Tarde ha llegado el lamento que me hizo fuerte,
fortaleza del olvido al amor que provocó tantas heridas,
la coraza que hoy tengo es para protegerme de tus ideas,
las que piensas que harán que vuelva a tí como un loco,
aquellas que yo enterré la noche que solo me dejaste.

El día que invade mis venas me llenan de alegría,
dejando atrás las duras penas del olvido,
no hay más un ella en mi vida y nunca más lo habrá,
hoy vive un dilema,que se llama amar a quien de verdad te ama.