sofá de piel de refugiado

ver la sangre en la arena
verla quieta
como alfombra de cuerpos

ver al mundo ahogarse ver
las bocas refugiadas en la sal
ver al mar vomitando
al sediento

ver los siglos, las lenguas como harapos

pétreos los terribles ojoscerca
de las ganaderías asentadas
sobre sofás de pieles inhumanas

se vuelve el hombre cuero celeste
estatua de prudencia
ante un sin fin de calaveras
escupidas a la arena

quizá esta vez debas dar
te la vuelta
y mirar
a Sodoma a Gomorra

porque somos nosotros

no miraron atrás
pero los convertimos
en estatuas de arena
en estatuas de sal

y bañarte en la muerte
quieto, sin ver la sangre
y volver otra vez
a tu sofá de pieles de prudencia

 

Hermoso poema bellas imágenes, un placer leerte.
Un abrazo fraterno desde chile, saludos poeta.

 

Gracias compañero.

Saludos cordiales desde España.