Sean para mí estos volcanes.

Borbollea el alma, borbollean el corazón
y la vísceras; disparado magma de palabras
que molestan a los eruditos, a los doctos, sabios
y pulidos intelectuales;
sean para mí estos volcanes.​

Crispación absoluta del ser buscando una salida,
cenizas, versos…lágrimas caídas,
poema de obsidiana que no cabe en tu joyería,
cráter del pecho, ciegas las formas, fuga, huida.​

Por tu falda sangrantes ríos, bajan, queman, arrasan,
en erupción el hombre contra el frío exterior hierve,
sale sin encontrar la salida, pero sale fuera,
docto animal, titánico ante lo hermético, rebelde.​

Es verdad… sí, a ti no se te puede llamar poeta,
tú ,eres la cátedra de las venas, el que los sangra.​

 

Hermoso sentimiento se lee en cada verso.

Un gusto detenerme en tus letras.

Cordiales saludos

 

El poeta es la esencia de nuestro ser, que se subleva contra el espacio, que desplega colorido porque su camino abre la puerta de su alma y ahí, más profundo no puede haber nada.

Bello poema Alfredo me encantó en contenido aunque cuando lo leí me inspiró esa frase que nada tiene que ver pero cuando lo leí me broto de mi alma, un beso lleno de mucho cariño