relatos ritmicos inveraces (intento de fusion con prosa)

Días malos van y vienen se curan con un plato de comida y una abrigada cama, aunque mi vida no se la deseo a nadie le agradezco regalarme pequeños milagros cotidianos en la madrugada.
Espero no suene como una queja o enseñanza solamente son pensamientos de almohada, tal vez simples lloriqueos de un niño mimado sin nada en la panza o el pedazo de una novela kafkiana, tal vez nada o tal vez la introducción de algo que pasara con la llegada de la madrugada, tal vez para descubrirlo tengas que leer entre líneas un relato escrito en los versos que te eh enviado.
Empiezan las historias de entrada en un cuento invernal de esos que dan miedo, lúgubres impactos sollozos y descontentos rodantes espíritus sobre tu lecho van y vienen todo siniestros con historias de en líneas cortadas por el sufrimiento...

Llegan fugaces
Parecen asfixiarte
Espectros circundantes
Buscan espantarte

Un rastro brillante
Recorre tu almohada
Parece acercarse
Inquietantemente no pasa nada

Escuchas los pasos rodear tu cama
Observando las sombras
Clavar sus ojos
Quebrando el espejo
Aquel donde buscabas calma

Son miles de ellos que te abrazan
La respiración se pausa…
Una figura salta
Rasga tu cara
Dolor, sudor
El frio
Se refleja
Cuando tu respiración
Parece hacerse falta

Parecer morir
Cuando se acercan las carcajadas
De aquella presencia
Oscura asesina y…

Amanece y el invierno enfría la morada, solloza distante la montaña parece venirse en una nube blanca sobre la ciudad semi-congelada, entre las luces que golpean la ventana del bus recuerdas pierdes la conciencia sumergiendo otra vez las mentes en realidades mal dibujadas
Parece la realidad saber que morirás cuando la rutina encarnice la depresión que las pastillas no se llevarían aun que se rogara y en una plegaria otro relato comienza a tomar forma mientras la máquina canta las paradas

Las luces se apartan
Lunes o sábado
La mañana es siempre igual

Fría insensata
Sin conversación alguna
Antes de volverse encerrar

De una lata de atún
A un alacena
Pasa la sociedad

Su camino mañanero
Todos los días sin parar
Se sienten contentos
De hacerlo

Se quejan al medio día
Cuando el cansancio
Se hace notar

Pero las hadas
Inteligentes
Nunca se hacen notar

Se disfrazan de brujas
Corren por el centro de la ciudad
Cantando los sitios
Donde en su aquelarre bailaran
Yo las observo

Rio sin parar
Mientras disperso en la ventana
Vivo la realidad original

Todos vienen y van
Sin poderlas mirar
Excepto unos pocos
A los que miran mal

El transporte parece ser un barco fantasma al abrir las puertas y expandir la neblina, el bajarse para entrar a la clase se siente igual, todos lo sienten dela misma forma puesto que nos preocupa el mañana
El porvenir o lo demás para todos es igual, es cuando empieza un pequeño milagro a hacerse notar es cuando agradezco ver el mundo de esta forma tan particular comienza el hambre a mezclarse con la realidad, el frio y el sueño me hace envidiar a los demás un pequeño tabaco es brindado por una mano gentil que parece conocerme entonces comienza el humo a crear otro relato antes que la teoría comience a alienar…