recolector de detalles

Aunque del otro lado del mundo
tu aliento es una briza poderosa,
el laberinto para las poesías que
amorosamente llevo en mi alma.

Interminable confusión la poesía
pero la haces tan exquisita cuando sin querer me ignoras.
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Mis musas tienden a ser siempre de una sola página o de ningun mover del ratón de computador. Se hacen para las mujeres con más frecuencia que para los hombres. Por supuesto, esto depende de la relación que tenga con el caballero, o mejor, si es pariente o amigo cercano.

Una musa pobre como la que ahora leen a menudo se logra examinando detalladamente a una o varias latas de cerveza y hoy por hoy esto se ha hecho una rutina o práctica. A mi parecer, una poesía simple no tiene porque ser siempre así ni tampoco un caos de ideas que aburran el lado bello de la memoria. Allá o acá estas musas no visten oros ni plata, sino un cordoncillo de la suerte y en las puntas de los dedos el placer de escribirle con chingonas ganas a una cabrona que ni me pela.

Fin.
Fidel Guerra. Oregon. Septiembre, 2021.