Querida

Me alejaré de ti para escribir sobre ti.
¿En qué maldito o divino instante
te encontré? ¿o me encontraste?
No quiero sentir que no soy mi exilir.

La complejidad se torna sencillez
si tus pupilas difuminan lo pactado.
Imagino, que el infierno es tu tez
aunque tal anclaje esté ahora silenciado.
Tu error sería el mío. Soy una duda
consciente de que un verso la desnuda.
Acuda tu fragancia a mi vida
mientras se muere, querida.
Desconozco la cuestión, aún más la respuesta.
Podrías escribir parte de mi esencia,
de mi eternidad, con tan solo tu presencia.
Dime tú si estás dispuesta.


El sendero está nublado
pero sé que hay rosas
con pétalos y espinas
que no he vislumbrado.
¿Por qué he de tener
miedo alguno a vivir?
¿Y a perder (me) (te)?
¿Y a escribir? ¿Será por tí? ¿Será por mí?


No temas mi poética sinceridad.
Encrucijada grita con tu voz,
sonrié con tus labios y seduce con tus ojos.
Noche de diciembre comienza a temblar
y a pensar en que hubiese ocurrido
si la hubieses seducido
en lugar de acallar su nocturna presión.
¿Dónde quedará pasión?
Podrías ser mi bella perdición
o una trágica poesía sin rumbo.
No es tan difícil transformar el mundo
si la aspiración es la tentación.
¿Redención? lo ignoro realmente.
Mi sinsentido busca algún sentido
excarvando en las profundidades del presente.
Oscuridad y luz por haberte conocido.


El sendero está nublado
pero sé que hay rosas
con pétalos y espinas
que no he vislumbrado.
¿Por qué he de tener
miedo alguno a vivir?
¿Y a perder (me) (te)?
¿Y a escribir? ¿Será por tí? ¿Será por mí?

 

una entrega hermosa, no siempre alejarse es la solución, pues no se encuentra un pronto olvido, solo más dolor, bienvenido