¿Qué sabe nadie?

Entre el brocal de las ansias
y el fino sentido de los cuerpos,
entre la extrema gota de rocío
y el quejido febril de la paciencia
está la historia íntima y oculta,
lo inevitable y lo fugaz y sempiterno.
Aquello que morir jamás podría,
por tangencial, que lo infinito roza,
y no obstante de plano cae en las cosas,
y en el alma, y en las manos y en la vida.
Cuando por vez primera, te acariciaba prístina,
dime quién veía, acaso, lo que yo veía.
Dime quién entre las yemas sentía
la antigua canción de lluvia tibia
con blanco de luna, con azul de estrellas,
y en forma de cabellos y de ojos de niña.
Dime quién puede con soltura inusitada
conjugar en el ánima, las leyes de la física.
Dime cuál es la sapiencia que permite
conocer y comprender,
(desde el fondo más profundo),
esta añosa raíz, que es tuya y mía.
¿Qué sabe nadie de la historia de
los sueños?
-aquellos que murieron solapados-
¿Qué sabe nadie de nuestra alegría
despreocupada de infancia?
¿De las miradas furtivas? ¿De las caricias robadas?
¿Qué sabe nadie de las risas?
¿Qué sabe nadie del pasado?
¿Qué inferencia le es posible a los demás
generar a partir de su experiencia,
si vivir es siempre andar abriendo un camino?
¿Si es necesario romper las manos
en el propio arado?

Aquél que no traza su destino
trancurre en el destino de los otros,
pero aquellos que para amar usan silicio,
aquellos que se aman solo ellos,
transcurren sin saberlo entre las sombras
y la luz desesperada del amor hacia su ego.
Nada puede amarse en carne viva
si no es por las manos de Dios acrisolado.
Solo sobrevive el amor que en cruz clavado
contempla con ternura a quien lo sacrifica.
Dime qué saben los vientos y las ráfagas,
las modas, los soles y el cielo advenedizo.
Dime si observan brillar lo más sagrado
en actitud de asistir a lo más santo.

¿Qué sabe nadie del comienzo de los siglos?

¡Un misterio!

¡Lo mismo es el Amor Resplandecido!​

 

Hola los sers humanos ignoramos muchas cosas, las respuestas están ante las miradas, pero por necedad nos negamos a oirlas, interesantes interrogantes dejas colgadas en tu escrito, para reflexionar sobre la vida y el misterio del amor. saludos
¡SONRIE!

 

Hay misterios que siempre permaneceran en eso, en misterios, el único que sabe nuestros más íntimos pensamientos y sentimientos. aquel que conoce el origen de los siglos es el Amor Resplandecido. El aceptar los misterios como dogma de fe es una gracia especial en cada corazón, a mi parecer.
me encantó tu poesía.
Estrellas.
abrazos.
Ana

 

Coincido con Julia, Tienes muchiiiiooooo talento Daniel, es tan rica esta poesía, que hubiera hecho como tres.
Bravo , amigo. Bravo!!

 

Conjeturas eternas.

Buenas líneas.

Gracias por compartirlas.

 

Bellísima obra, de la cual podemos sacar infinidad de enseñanzas, entre ellas, al acto de no andar especulando, porque ¿que sabe nadie, de lo que hay dentro de cada cual?....un enorme gusto llegar a tus reflexivas letras.....abrazos y estrellas

 

Campesinaaaaa. Hadita madrinaaaaa, muchas gracias tesoro por tu comentarios. Daniel.

 

En la interioridad del ser humano, sólo Dios escribe en el pentagrama de sus notas.
Nada sabemos más que el estar hechos de amor y al amor, partir un día. Los misterios de las hojas que lloran o del corazón que abatido, no se cansa de latir,son parte del entramado existencial donde apenas esbozamos sus raíces.
Solaribus, tu poema es magnífico, con un cierre perfecto. Es una profunda mirada a los adentros del hombre.
Besos y reputación.

 

Carmela, tu comentario tan profundo me toca por dentro, me honra, pero por sobre todo me ilumina. Gracias por tu lectura tan amplia y generosa que me deja meditando en los alcances de mi humilde intento literario, y aún más, en la profundidad de tu alma. Te envío un beso grande. Daniel.