Poción al alvido

Aturdido hombro que renace complacido,
intenso accionar de la comprensión,
se resguarda el cómplice que hizo llover,
en donde toda la tierra se inundó por él.

Cumbre de los pocos mortales,
difícil acceso que se pierde sin fé,
dulce alegría que nace,
la mirada desprende un rocío otoñal
y el árbol bosteza al nuevo comienzo.

Mintiendo a la mañana,
no responde ahora ella a su almohada,
es lienzo de turbias ilusiones,
ponzoñoso aguijón al corazón.

Anoche llorabas desconsolada,
fuiste a mi para sofocar dichas llamas,
en el intento de apagarlas,
fui quemado en el infierno de tu cama.

Poción al olvido es lo que preciso,
rociando el agua de mil manantiales,
ya no es mi hombro un abrigo,
sino un nido de amor pasajero.