Pingües de la reina puta

Pingües de la reina puta

Ayer, al abrir la ventana vi,
a la dama del amor que estaba
esperando al galán pingüino,
y yo, en pijama mirando los lirios,
aromaba a los calcetines.

Me excité con sabor de carne,
que subía el humo a mis narices
de un borrego de vecino imbécil;
y nublado ese cielo azúcar,
me perdí del encuentro pingüe
el frío helado y el chupachupa.

Y estaba el hombre en la parra
y vino el zorro gomorra,
y quiso hacerse el macarra,
y el cura dijo, de gorra:
palabra de dios es que corra,
dejando a la uva tetorra
y al santo con fe de sodoma.

¿Té?
¡Hala! vamos señor...

Que el amor está prisionero
de aquellos que se adjudican
el honor de interpretarlo,
y olvidan que la justicia
es del hombre un paso más alto;
que el interés es decir de amor
e ignorar el fondo dinero,
porque si se es justo,
y ya incluye al amor,
se igualan en riqueza
la pobreza sustento de credos...

Mi vecino no estaba,
se fue a exigir sus derechos de aborto,
y obligar a la madre a parir,
porque cuando el habla no sabe decir,
se busca la vuelta torcida
y el semen se deja salir
del macho de toda la vida.

Tan copioso fue el humo Mcqueen*,
que el castellano lenguaje de Dios,
lidió con el francés, lenguaje de amor,
y vino de inglés God save the Queen.
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*Hijo de...

 

Interesantes letras de denuncia, poeta.
Saludos cordiales.
Ana

 

Muchas gracias por el comentario, Ana. Un abrazo

 

Queda patente del reclamo y la aversión ante lo que parece ahora cotidiano en cada nación.

Interesantes líneas Orfelunio. Gracias por compartirlas.

Un abrazo.

 

Muchas gracias por el comentario, César. Un abrazo

 

Muchas gracias por el comentario, César. Un abrazo

 

Uff… hace tiempo que no te leía. Es bueno hacerlo nuevamente.

Un abrazo.