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Para despertar a Leti

Tema en 'Poemas de Amor' comenzado por carlos lopez dzur, 28 de Febrero de 2008. Respuestas: 2 | Visitas: 655

  1. carlos lopez dzur

    carlos lopez dzur Poeta que considera el portal su segunda casa

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    a Leti Robles, guerrerense adorable


    Leti es un dulce mesón.
    Se mece trayendo en sus manos
    una copa de prana hasta mi mesa.
    Sus pasos cuelgan en la gracia.
    Cuando se aleja de mi espacio
    yo sé que ella es algo más que la fugaz partícula
    (es concreación hadrónica).

    Su amor es permanente.
    Su presencia inefablemente deseada.
    Hágase ella ¡amor humano!
    let there it be! Let Leti V-ictoriosa!

    Se me antoja más que el mole.
    Me gusta que exista su tamal en mis cumbres.
    Con ella comeré partículas de encanto.
    Beberé en su vía láctea
    su lluvia sideral... ¡será mi gozo!

    ¡Cómo mece sus pezoncillos cuando camina,
    chozpa en mi aramio, danza ante mis lebrillos!

    Voy al mesón y a mis ojos mece
    como puertas de su hostal,
    ¡me encanta su coquetería!

    Hoy me sonrió, misteriosamente,
    dio señal de promesa, seguro que me quiere.
    Voy a recibirla en ese paraíso todavía secreto
    que se llama el Campo de Higgs.

    Mi casa es su casa hasta en la incertidumbre.
    De mis meseritas favoritas, ella es una:
    la más pura, tierna hasta en el rabillo de sus ojos,
    graciosa en su nariz, con la cual habla.

    Todavía huele a Acapulco,
    a vírgenes palmeras, a cocos jamás mordidos,
    a senos jamás chupados; pero qué espigada
    esa espiga del amor, esa dura masa tan protónica.

    2.

    Me imagino ya... en la Laguna de Cayuca
    (ella dijo que irá conmigo...)
    donde su sexo es fauna silvestre,
    cómo poblaré sus cielos púbicos con pájaros
    que una vez cantan han de multiplicarse;
    trinarán encendidos sobre pequeños islotes
    y serán el estuario exótico que provea.

    De seguro, cada célula de su piel
    es húmeda, tersa, fresca, incontaminada.
    ¡Y qué laguna de tres palos, al penetrarla,
    explorándola yo, de esquina a esquina,
    con aves de mil especies y colores para soñarla
    con empirismo de deleite y acceso mutuo
    a los cielos que tenemos tan adentro
    cuando amamos, cómplicemente voluntarios,
    lúbricos, cochinamente evolutivos!

    Con mi rodilla derecha, abriré sus entrepiernas.
    Sorprenderé el escozor, su químico lenguaje.
    Su tersura amaga con ricos hormigueos
    y comunica antipartículas que son amparo
    del equilibrio térmico que cruzan intersticios
    del espacio al 99.9% de la velocidad de la luz.

    ¿Qué da estructura al vacío, me pregunto,
    cuando elevo mi hadron collider
    al agujero y empujo ricamente
    hasta los puntos
    de sus internas estructuras vaginales?

    Con esta niña, sabiduría de mi erotismo,
    se maja al amasijo de protones;
    se desgranan como avellanas,
    duramente golpeadas
    (los protones sueltan al quark
    y al divino bosón;
    los antiprotones surgen
    con su olor de shalimar
    para mi olfato y mi lengua los cata
    como si fueran la vainilla de Papantla
    y mis labios se relamen,
    desde ahora y para siempre,
    como si reclamaran el rictus de una mermelada
    de fresa de Clemente Jacques!)

    3.

    No me interesa Acapulco sin tí.
    Aquí me tienes porque estoy contigo.
    Tus playas, no son turismo de estampa,
    tus playas son para mí, tú, mi palmerita humana,
    tu femínea silueta, tus besos húmedos.

    ¿Qué más esplendente campo que tu cuerpo silvestre?
    ... ¡tu mestiza tibieza de laguna!
    ¿Qué tres palos más anhelados que los que son posibles
    cuando agarro tu cintura y echo ombligo abajo
    tu calcetería de Cannon Mills,
    incluyendo las likras spandex de tus bragas
    que han cubierto tus muslos para que no sean friolentos,
    sino calenticos a mis manos?

    ¡Ay, me vuelas los ojos y la tapa de los sesos
    como si fueras tú mi proton smasher!
    Por eso no te voy a despertar.

    Viéndote, desarropada sobre el lecho,
    hasta que no puedan mis manos contenerse
    y tenga revolcados, por giros isotrópicos,
    mi vocación de clavadista temerario,
    permaneceré un rato más.

    Después me lanzaré a los riscos de tu cuerpo,
    desde una altura de picacho coralino,
    hasta el fondo de la insondable y oceánica
    tersura de tu cuerpo!

    Madruga a gusto, Leti,
    descansa, yo velo; mantrizo,
    let there it be! Let Leti V-ictoriosa!
    Quiero tu campo de Higgs,
    tu espacio más íntimo y sereno.

    2-7-1998
     
    #1
  2. Diego Lewi

    Diego Lewi Poeta adicto al portal

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    que forma de imaginarme esos lugares que describistes claro que mas que en poemas de amor yo lo pondría en poemas de adulto.

    un gusto leerte.

    saludos.
     
    #2
  3. carlos lopez dzur

    carlos lopez dzur Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Saludos, Diego. Esto es una parábola de la Física Cuántica, el Campo de Higgs, la exploración del «hadrón», el bombardeo al protón y el principio de incertidumbre; pero, por magia de palabras, resultó un poema alucinado de arrobamiento ante la MASA, la partícula protónica...

    carlos
     
    #3

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