Otoño en tu abrazo

En esta vieja puerta
llena de cadenas y candados
se quedó la ilusión de volver a verte.
Hay cosas que necesitan preguntarse
para que las alamedas hagan música con el viento y el canto de los pájaros
que quedaron enjaulados
en nuestros labios mudos.
Concédeme la mañana
de tu sonrisa y tu palabra
en el encuentro de amarte
hasta que te vayas de mí.
Yo soy el viejo poeta
que nació de tu amor inconcluso,
aquel que quizo estar siempre a tu lado
y al que se le negaron sus pretensiones.
Cóncedeme un último encuentro
para poder leer de tu pecho
la niña que guardas allí,
yo sabré si retirarme una vez más
en el vespertino cielo
que provocó la tormenta...

 

Tomar las mejores decisiones nos permiten ver el cielo con un distinto resplandor...un bello poema nos comparte. grato recorrer su espacio saludos!!

 

Gracias, estimada Marisol. Solo son letras atrapadas en el alma.

Apapachos