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¡Oh Durero!

Tema en 'Prosa: Surrealistas' comenzado por Orfelunio, 3 de Marzo de 2010. Respuestas: 2 | Visitas: 1077

  1. Orfelunio

    Orfelunio Poeta veterano en el portal

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    ♣





    ¡Oh Durero!





    Los tiempos, por abstractos que parezcan, y lo son, se ubican en el ser, y, en el no ser pierden el sentido, por el vector erróneo que se aplica, y es la distancia el único fundamento. El vector como tiempo inexistente, se disuelve en los principios y los finales, y, durante ese proceso de continuidad eterna, o infinita, y característica finita, emerge su temporalidad en la evolución de la razón y el pensamiento, que sí tiene inicio y un posterior final, quedando el suceso de la materia como un vector imaginado, y por ello inexistente, dado que, en los procesos de transformación, los infinitos son su razón de ser, y, lo que será, explosiona, evoluciona y da lugar a la vida; nos lleva a la comprensión de lo efímero, y vuelve de nuevo a su inicio; se acomoda a la energía de punto cero, que sin llegar al cero absoluto llamamos nada.

    Por eso, Durero, yo estaba equivocado; pues aquello que relato, como ser universal, lo relato bajo sospecha, motivado por lo carnal… Y sí, mis palabras y mis versos serán poesía, pero soy consciente, por ese vector imaginario, que lo que expreso es una nimiedad comparado con el universo. Sólo hablo de aquello que he vivido, y de ti me valgo, y sacrifico; así como también lo hago de lo natural, que hay en mí y que me rodea. Y no contento con ello, me expreso según aquello que, he aceptado como verdad, y otras veces estudiado como mentira. Te pido perdón, porque he evolucionado para poder hacerlo. Tampoco creas que soy un perdona vidas; en todo caso, lo que sí hago es devolverte a tu estado natural de borrico. Sin teísmos ni panteísmos, sin dioses ni cristos.

    Desde luego, y según muchos críticos, he hecho buena prosa y poesía, pero quizá… ¿no será su fundamento mentiroso? Si acepto algo como verdad, es posible, que con el paso del vector imaginario, y guardando las distancias, esa verdad haya quedado sólo como una mera posibilidad que, como en las matemáticas, ya no sea necesario su uso sino para fines vulgares y primarios, y desplazada evolutivamente por otros cálculos más exactos. Claro Durero… claro, ¡el amor!, el amor siempre será el amor. No lo dudo… Y ya fallo por no dudarlo, Durero. El pensamiento se hace absoluto en la certeza, y al darnos cuenta, el motivo de un escrito pierde su fuerza, y no queda más sentido que la propia prosa y poesía; sin interpretaciones, sin fondo… Sólo lindas palabras por lo que significan, y no por aquello que se interpreta, que no deja de ser un tiempo, y como tal, un vector imaginario y finito. Fuera de él queda la carne, que nació nada y morirá nada, dejando en el camino su esencia, que es la distancia en la interacción de bellas palabras.

    ¿Acaso no fue Cristo un hombre como nosotros, de quien no se sabe su nombre?... ¡Que se llama Jesús, Durero? No, Durero no… se llama tú, se llama yo, se llama éste, se llama ése, se llama aquél… Se llama todo, y ya sabes… que todo es la nada. Todo se resume Durero, a cuatro palabras aprendidas sin ningún signo matemático: ni más… ni menos. ¡Oh Durero!... ni cero, la energía del universo.

    ¿Por qué son redondos los grifos Durero? Incluso las cosas cuadradas, en sus esquinas, si te haces menudo menudo, y pasas de uno a otro lado… La redondez es lo redondo, y es real sin ver la vista. Se clavan los picos, y recogen las palas; las balas… matan acuchilladas. Todo es redondo, la arista engaña, y lo redondo en infinito plano es nada. Que ves un pico… serás la pala, y barreras locales, y sus recodos serán de obligo artificiales, como los hijos aún no nacidos; como el ombligo, como los dedos que siderales, tocan los cielos providenciales. Durero, el infinito es redondo porque es el fin de lo finito; como el tiempo y lo eterno, lo temporal se acaba cuando la eternidad lo abraza. Y lo redondo es nada porque nunca llega a su origen; si lo hiciera, la redondez sería otra cosa respecto al todo, y así sólo nos muestra la curva finita en todas sus formas.

    Anda Durero, que aún nos queda una jornada, y no vuelvas la vista, que detrás está la nada. De frente, con pausa, sin prisa, saboreando la vida en una tierra escalonada. Y, si te atreves y miras, en una leve galopada, verás las mismas caras; por eso te digo que nada habrá, porque caminas conmigo entre lo etéreo de la nada, un cielo aparente virtual, frente al espejo del mañana, donde el tiempo que no existe habrá borrado nuestras caras… ¡Oh Durero, nos espera eterna, ni cero... la energía del universo!
     
    #1
    Última modificación: 4 de Marzo de 2010
  2. cesarfco.cd

    cesarfco.cd Corrector Corrector/a

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    Interesantes líneas que, como anticipaste ayer, presentan al personaje "Durero"

    Gracias Orfelunio por compartir tu versar.

    Un abrazo.
     
    #2
  3. Orfelunio

    Orfelunio Poeta veterano en el portal

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    Muchas gracias César; veremos lo que dura. A ver si le saco buen partido. Un abrazo
     
    #3

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