Nada más, no quiero verte más…

Hace un año atrás no nos veríamos nunca más,
hoy prometo lo mismo y nadie sabe si se va a cumplir,
como sabemos jamás digas jamás,
sólo es una manera de no tener que sufrir.

Preguntas eternas salen dentro de nosotros cada vez que nos vemos,
¿Por qué? Nunca tuve esa respuesta ante mi, ni nadie me lo dijo,
pero a veces es feo ver que retrocedemos cuando corremos,
y es feo que a la vuelta de todo, el dolor esta fijo.

Malas historias de amor, nauseas de alcohol y al calor de una brasa,
paso el día pensándote pero nunca apareces cuando te quiero,
y cuando quiero que te marches ya te tengo dentro,
este es el momento en que de nuevo me pierdo.

Hace mal pensar que para mi ego debes estar a mi lado,
que nunca conozca a mi parte violenta que me da tu presencia,
que también seas quien me deje tranquilizado,
que no sea más que un mal escritor en tu ausencia.

Varios dolores traigo de la infancia, y varios también cree,
poca inteligencia llevo hacia donde fallezca mi mente,
solo veo que a todos miro pero nadie realmente me ve,
solo me dicen –hola- para dejarme mansamente.

Y los cuchillos se me clavan como cama con un solo clavo de fakir,
entré confiado en tus abrazos y hoy tus espinas me hacen sangrar,
empecé con vos riendo, se fue borrando la mueca y hoy estoy a punto de morir,
creo que por fin es el momento de que de tu lado me tengo que marchar…

Por decirte nada más me queda en los labios,
no puedo expresarme, pudriste mi saliva,
hiciste que padezca bastante frente a extraños sabios,
que andaban en la misma y no encontraron la salida.

Y es feo escribirte teniendo abstinencia,
extraño los recurrentes viajes a ninguna parte,
no intento ser poeta, conocerte no es una ciencia,
solamente… estoy tratando de dejarte.