Mi Templo

Hojas marchitas que imploran
al viento su último vuelo
habrán de tener consuelo
al dejar la rama en que moran.
​

Mecidas caerán cual sombra
para yacer en el suelo
y una vez cumplido su anhelo
a tus plantas serán alfombra.
​

Ante tu belleza la nube asoma
gotas que renuncian al cielo
por poder rozar tu pelo
e impregnarse de su aroma.
​

Y así el otoño va llegando,
porque el verano en desvelo
se despoja de su velo
tu hermosura envidiando.​

Y yo, querida mía, te contemplo.
Tus pies en las hojas, la lluvia en tu pelo,
el estío pasando, nubes en el cielo,
y tu divino rostro… de mi amor el templo.​

 

Divinidad de letras monumentales en la calidad suprema de la inspiración maravillosa.

 

Uau...

 

La belleza emocionante del arte inspirado de sublime calidad, la grandiosa creación resplandeciente.

 

Gracias maestro, un placer tenerle por aquí.
Un cordial saludo.

 

Amigo Javier, ¡con qué pocas letras me has dicho tanto! Gracias.
Un cordial saludo.

 

Gracias de nuevo amigo Jorge. Un placer.
Saludos cordiales.

 

Bello y palpitante el cantar de tus versos amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

Sublimidad de arte en la divina tarea, excelente trabajo.

 

Romántico y precioso poema de amor. Me ha gustado mucho Jucatohi. Un abrazo. Paco.

 

Divinidad de letras excelentes, maravilla de inspiración.

 

Amiga, el gusto es siempre mío a tu paso por mis letrillas.
Gracias siempre.
Recibe un afectuoso abrazo.
Carlos

 

Amigo Paco, romántico dices... siempre; precioso... tu amabilidad se agradece.
Que te gustase... me haces feliz, que para quien escribe sin ser escritor es el mayor galardón.
Un abrazo desde el sur.
Carlos