Mantra

Mantra

Tu nombre,
ecos resonando en la bóveda,
en la espera, repetidos trinos,
se elevan desde los suelos, reverberantes.

Tu nombre inmutable
sin distorsiones expande sus notas,
resuena en ecos.

Donde,
abandonadas las algarabías
has soñado de eucaliptos
a retamas, la tristeza
de los portones
en sus chirriantes goznes,
resueltos los colores brillantes,
en la lluvia que hoy ha llegado
para importunar a lo viajantes,
para infortunio
de los perros.

En mi mente aun resuena
tu nombre,
mantra, que no letanía,
para desaparecer en arcilla,
corazón.

 

He pasado por aquí a saludar y ha sido un enorme placer coincidir con tus bellísimas letras, Gio. Ambos me han gustado mucho y es que un sólo nombre puede lograr que se nos paralice el corazón ji.ji me encantó. Felicidades a tu bella pluma. Me alegro estés muy bien. Un abracito con ternura.

 

Rosa, amiga florecida siempre en la aurora, compañera de letras. Me regalas una gran alegría con tu paso por mis disformes pensamientos, son solamente murmullos de locura los puestos aquí. Pero gracias, valiente amiga mía.

abrazo

Gio

 

Muy bello poema donde ese nombre es el eco de un amor que lo escucha, me gustó mucho. Un abrazo. Paco.

 

Me alegro , Paco, Amigo, que te hayan gustado estas lineas que describen el sonido casi apagado del nombre de alguien a quien se va dejando en el ayer...

Gracias por leer y dejarme una huella.

Abrazo

Giovanni

 

Hay nombres que se agigantan en el alma, se tornan sagrados y dejan impregnado su perfume para siempre. Un trabajo de sublime belleza !! Gracias por compartir tu arte, compañero de letras !! Un abrazo

 

En efecto, Miguel, un nombre se torna sacro cuando el corazón no encuentra un lugar más alto que un altar, cuando se torna inalcanzable...

Muchas gracias por tu lindo comentario, colega.

Abrazo

Giovanni

 

Invocar el nombre amado tiene la fuerza que el corazón necesita. Bellísima exposición poética, querido poeta.
un gusto visitarlo
abrazo de domingo desde la ciudad de la eterna primavera

 

Y ese invocar, como un estado místico, es también locura, pues al repetir un nombre en la distancia - como un mantra sagrado - uno espera la liberación del amor o la final ruptura del pozo de la pena de no tener a la persona amada...

Gracias por la visita, poetisa, en esta ciudad del sol hay motivos para sonreir.

Abrazos cordiales

Giovanni