Madre de arena

Copos de nieve caen de sus venas
y de sus ojos, granos de arena.

El viento se los va llevando
y en barro los va conformando.

Así le nacerá un hijo de barro,
ya que de carne, el Padre no le hace caso...

Y uno más de los ingredientes,
es el sudor que le cae de su frente.

Así de a poco se va gestando, el niño
que nacerá con mucho cariño.

Ahora que ya está listo
lo toma en sus brazos con mucho brío.

Pero a poco se queda sin hijo,
porque el niño de arena, de sus dedos, se ha deshecho.
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Cuando los hombres no quieren a sus hijos, las mujeres no pueden parirlos; aunque el deseo de ser madres se tenga, todo se queda en eso, sueños...
Gran poema, triste, marcado con el frio del llanto y la arena que siempre escapa al control de nuestros dedos.