Las musas tras el plasma

Las musas tras el plasma

Algunas de mis musas las tengo secuestradas
tras un cuadro de plasma en el salón de estar
donde una extraña magia muestra mundos con hadas,
príncipes y princesas; veo también el mar

que rompe suavemente en recoletas radas
de piedrecillas blancas cual perlas de collar;
veo guerras y amores y hasta doy risotadas
cuando se asoma Groucho, humorista simpar.

Las musas que yo escondo tras ese cristal fino
hay veces que me soplan con una imagen, ¡una!
el trozo de algún verso, puede que incluso entero;

otras veces la musa, con voz de ángel divino
que se tornase actor, oigo que dice: ¡Luna,
que das luz a la noche, indícame el sendero!

y esa frase que, empero,
me llega desde el plasma, no viene porque sí,
es regalo de musa tan solo para mi.

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Este soneto está dedicado a las pantallas de plasma, o a las del televisor antiguo, más aparatoso; mejor dicho, dedicado a lo que se ve y se escucha por dichas pantallas.

Se ha dicho hasta la saciedad que el televisor es “la caja tonta” que nos embebe el seso. Con este soneto quiero expresar lo contrario pues hay algo que me sucede con mucha frecuencia, y es que siempre veo la televisión con una libreta de notas a mi lado; ya sea una imagen determinada, o una frase en una película me puede inspirar un poema; me ha sucedido cantidad de veces; de hecho tengo dos sonetos dedicados a los pantanos de Atchafalaya, ese magnífico delta del Misisipi que figura en mi foto de avatar; jamás estuve allí, lo conozco solo por la pantalla del televisor, por películas y reportajes de esa maravilla natural que me tiene fascinado.

Yo creo que tengo musas escondidas allí detrás, en serio.

 

Excelente poema nos compartes amigo, se nota calidad y belleza. Ha sido un placer la lectura, un abrazo

 

Con muy buena prosa, Lucevelio, has expresado lo que intenté decir con estos versos; has captado fielmente el mensaje de mi poema y me congratulo por ello.
La musa es muy caprichosa, sí; puede llegar mientras damos un paseo , mientras leemos un libro que nos inspire un pensamiento poético o mientras vemos una película o una imagen determinada en la pantalla. Por eso suelo estra provisto siempre de una libretita de notas, para no dejar escapar lo que puede ser el germen de un poema.

Gracias y un abrazo.

 

Por supuesto, estimado, que como varios adelantos técnicos la TV es una maravilla, convertida en caja boba por nuestra neurótica sociedad que la usa de niñera de los niños incluso en edades tempranas en las que no entienden nada de lo que ven, o de distracción al fin de la jornada para borrar los malos recuerdos de todo un día. Admito que lo de ver musas tras ella me parece extraño, sin embargo, pero imagino que esto se debe a mis años de batallar contra la invasión de este aparato en mi hogar.

Creo que la palabra «simpar» no existe, para decir eso puedes usar dos palabras diciendo «sin par», o una diciendo «impar».
abrazo
J.

 

Como tantas cosas en esta vida, Jorge, nada es bueno o malo en términos absolutos, todo depende del uso que le demos. Yo también he estado siempre en contra de ese electrodoméstico como elemento embrutecedor y hasta creo que le dediqué un soneto en ese sentido alguna vez, pero he de reconocer que en ocasiones me ha despertado el deseo de escribir alguna imagen o frase oida y vista en esa pantalla. Sabes bien de mi afición por el cine y he de reconocer que debo a él muchas de mis inspiraciones poéticas. Lo que le digo a Lucevelio de la libreta en la mano es cierto. Por supuesto que en la otra mano tengo el mando para cambiar de canal o apagarlo cuando lo que hay es algo que no merita la pena el tiempo perdido.
Te recuerdo mis versos dedicados al colibrí cola de espátula o a la paloma rompenube como ejemplos de que fueron las musas que estaban tras el plasma las que me los inspiraron o, como digo en mi nota al pie, mi admiración por los pantanos de Atchafalaya que solo conozco por ese medio. La última vez que me soplaron las musas tras el plasma fue viendo una pequeña joya del cine titulada "Rebeldes" de F.F. Coppola, una película plagada de poesía; en una de las escenas se recitan unos preciosos versos del poeta Robert Frost y ahí estaba yo luego glosando esos versos.

Sobre esa palabra te diré que yo también titubeé, Jorge, y encontré esta entrada en el panhispánico de dudas antes de decidirme a ponerla:

par. sin par. ‘Único o sin igual’: «Era un hombre culto [...] y un polemista sin par» (País [Esp.] 10.10.80). Es admisible, aunque aún rara, la grafía simple simpar: «Se desenvolvían por los ríos con la misma destreza que los peces, sorteando [...] pétreos obstáculos con simpar habilidad» (Arenales Arauco [Esp. 1992]).

Diccionario panhispánico de dudas ©2005
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Gracias por pasar.
Abrazo.

 

Efectivamente , estimado compañero, las musas andan por todos lados. Eso de estar libreta en mano denota el grandísimo interés que tiene por lo que sucede a nuestro alrededor. Puede que se convierta en poema o no, pero queda grabado en la memoria. Reflexiva forma de ver la televisión. Gracias por el regalo del soneto.
Con mi más cordial saludo.

 

Estamos en un mundo tan virtual, que nuestros mejores momentos surgen de "las cajas que nos hacen tontos", ( esta es mi versión- en tu caso no porque tomas apuntes, por lo que empleas una conciencia crítica), o del aporreo del teclado del PC.
Aparte de esto. El soneto está muy logrado y con estrambote añadido lo hace más completo todavía.
Yo tambien me inspiro mucho en la caja que me hace tonto, sobre todo en la de plasma que es la de mi dormitorio que se puede mirar con más nitidez en distintos ángulos.
Un abrazo y que las musas te sean favorables, aunque virtuales, como ahora.
Castro.

 

Agradezco muy de veras, Mariluz, tu visita y comentario.

Un abrazo fuerte, poeta.

 

Así es Lesmo, por todos lados andan ellas; la libreta en la mano es una especie de cazamariposas para no dejar escapar esos fugaces momentos de inspiración.

Agradezco mucho tu comentario, amigo.

Un cordial saludo.