La piedra en tu mano

La piedra en tu mano
es mi sentencia y mi reclamo.

La misma roca creada desde el inicio
ahora ejecuta una ofrenda cascada.

¿Acaso no es temprano?
No importa la hora. Nunca ha importado.

No hay palabras, ni sería propicio.
¡Que quede mi silencio tatuado en la nada!

Pues la sentencia se ha ejecutado
y con mi sangre se diluyen las ansias

ahora, verdugos de la ignorancia,
¡Beban el veneno de la petulancia!

La piedra en tu mano
es, a fin de cuentas, mi mejor carta.
Mi amiga, mi aliada.

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Una piedra en la mano... espero que no quieras pedradas, perdona pero no entiendo...
un abrazo

 

Desde Esteban, el primer martir de la era cristiana quien murió lapidado, hasta las mujeres que son apedreadas acusadas por una ley obsoleta y condenable... El sentimiento es el mismo.

Un abrazo.

 

Si desde luego...¡que cafres!
gracias, amigo
un abrazo

 

Buena sentencia, como siempre perfectamente trabajado. Mis estrellas poeta.

 

en lo primero que pense mientras leia es en la lapidacion algo que aun perdura en algunas partes dl mundo.te mando un enorme saludo desde argentina

 

Gracias Terrin. Valoro tu visita y comentario.

Un abrazo.

 

Ese precisamente es el cuadro.

No olvides Ser-8 que la primera impresión es, por lo general, la más acertada.

Gracias por leerlo y comentarlo.

Saludos desde México.

 

Gracias a ti, Rosario.

Un abrazote.

 

Hola César siempre hay maneras, si no de una de otra, todavía es temprano. Estamos a 9. Saludos y estrellas norteñas jijiji
¡SONRIE

 

Gracias Mujerbonita por pasearte entre estas líneas.

Saludos.