1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

La Imagen

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Edouard, 5 de Febrero de 2017. Respuestas: 1 | Visitas: 329

  1. Edouard

    Edouard Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    15 de Marzo de 2016
    Mensajes:
    1.058
    Me gusta recibidos:
    483
    Género:
    Hombre
    Del estanque aquietado y eterno emerge la gloriosa imagen de un tallado en policroma piedra ídolo de cabeza de oro y cuerpo de plata. Los que en la orilla están contemplándolo, sueltan de sus musicales bocas de topacio una melodía; acorde con el diurno resplandor que inunda sus mentes con punzante desvarío. Pero, de nuevo la imagen sagrada es engullida. Y los mortales, tristes y acongojados, dejan sus labios de mover. Se preguntan entre ellos cuál portento de santa gracia ha osado hacerse teofanía para luego hundirse en el estanque mágico. Entonces, una voz profunda, proveniente de lo alto de las nubes - aglomeradas en condensación con el soberbio sol- se traba en sus almas de ópalo. Es el anuncio sagrado que les dicta que lo que han observado era la imagen verídica de un anciano monarca que en mágica estancia está desde el alborear de los tiempos esperando hacerse joven.
     
    #1
    A homo-adictus le gusta esto.
  2. Edouard

    Edouard Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    15 de Marzo de 2016
    Mensajes:
    1.058
    Me gusta recibidos:
    483
    Género:
    Hombre
    homo-adictus, tal resplandeciente talla recubierta de oro y plata que había salido del estanque sereno era la fiel imagen de un viejo rey chocho, que esperaba desde una Eternidad de aglomerado desvarío temporal rejuvenecerse, en algún petrificado lugar de sacra y magna aureola divina. La voz declamatoria que perforaba el cielo encapotado y que resguardaba al sol, era la del Destino en forma de numen celestial. Los mortales que habían sido sacudidos en sus espíritus por tal sagrada anunciación ya no volverían a ser los mismos. Ellos, que habían presenciado tal aparición de diurno semblante, habían enmudecido después de haber cantado por un instante a tal portento que luego se tragaría el agua mansa e inmutable. Atentamente Edouard.
     
    #2

Comparte esta página