La discreta infiel

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La discreta infiel​

Tras la ventana, el húmedo paisaje
preámbulo tormenta en grises apagado;
un fantasma cruza algún sendero,
luz de lo presente en ente animado.​

Escuchante derrotado
asoma un lagrimeo
cuando arrecia diluviando,
y las hojas de resecas,
sus chasquidos salpicando,
de silueta blanca alejan
la memoria de sus manos.​

Ella lo sabía, nunca fue buen marinero,
se hundió en aquellas aguas,
amarró su viejo barco,
y quedó su alma atada
olvidando aquel velero.​

Andando ancló su vida
cerrando el velo de sus párpados;
telón de la cortina,
sedentario anida en ancho puerto alado.​

Sellado el ventanal
soñó con un te quiero,
y selló un millón de penas,
de sombra en ánima llovió en cadenas…
Llovía… y no vio el paisaje muerto.​

Quedó tan vivo allá en el bosque,
tan libre y confundido,
que respondió con un estoque,
y se aterró como furtivo. ​

¡Que lo de afuera nadie toque!,
dijo un mío, y sólo mío,
y en una parte de aquel bote,
se inmoló como marido.​

Al vestir de buen amante
se hizo claro un cielo;
quiso ser del viento parte
y volar de amor anhelo. ​

Se dio cuenta y aún no es tarde,
su mujer está que arde,
su follaje en otro suelo;
de una mano miserable
la voz sonó amigable
ofreciendo su pañuelo.​

“Yo también tuve otra nave
que ahora está en el cementerio,
y llevo flores con el ave
saludando hacia el recuerdo.​

No te canses navegante,
navega en estos mares,
sujeta bien los remos,
que en nuevos horizontes
se alegran otros montes
si hay soles que queremos.​

Queriéndolos de arconte
quedarán en nuestros sueños,
y sabrán lo que son ángeles
demonios del infierno"​

Tras la ventana aún los veo,
se oyeron niños rumor que clama;
volar de pájaros, puro sentir en devaneo
de mil y un guiños en bellos cántaros.​

Pero nunca dama escogió por bárbaros,
y salió al recreo en un retablo de azahar chiquillos;
se quedó en su fama embarazada,
y apretó en la cama al verse desnudada
de ese ardor en los nudillos.​

 

Una historia de mar, con su dosis de sal, proveniente no solo de las lagrimas. Lo escribió desde una postura casi impersonal. Me hizo sentir como quien visita los sueños de otro, invisible, dejando que todo ocurra. Se me hace extraño percibirlo así.
Gran poema, la imagen la encontré encantadora.
Un gusto pasar por sus letras, caballero.
Saludos.
​

 

Que melancolía se lee acá, es como ver al pasado y quedarte mirando eternamente esa ventana...Se olvidan poco a poco los demonios...

Saludos.

 

Muchas gracias por pasar y por tu comentario Princesa ciega, un abrazo

 

Muchas gracias Dark_Fairy por tu comentario, un abrazo