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La cotidianidad como mística.

Tema en 'Fantásticos, terror, ciencia ficción...' comenzado por Solsticio de primavera, 26 de Octubre de 2008. Respuestas: 0 | Visitas: 748

  1. Solsticio de primavera

    Solsticio de primavera Poeta fiel al portal

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    21 de Septiembre de 2005
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    La cotidianidad como mística.


    I
    la sonrisa de los niños en la plaza


    un espíritu bestia y marino,
    a veces bosque y ziku, ambarino,
    guarda en su sueño insólitos cascabeles.
    él yerra y camina por el exuberante laberinto
    que se esconde dentro de las plazas, somnoliento,
    adivina el espejismo que los perros ladran.
    muy de noche bajo la luz de silentes faroles
    insufla sus múltiples pulmones, y el techo de su casa,
    de césped y sorgos fantasmas ondula
    entre brumas a extrañas horas, horas fantasmas.

    ¡Despierta de tu sueño vano, fantasma! ​

    vahos y vapores cubren la plaza.


    II
    Un cohete es un buzón

    Un cohorte de sobres de diferentes sabores
    diariamente
    charlan en el interior del buzón. Estoico en
    las esquinas de las grandes avenidas
    aguarda que se esquile el día. Esas nubes
    blancas, esos árboles de pana, esos semáforos agujas
    tejiendo el pullover de la noche.
    Espera a por la señal, cuando quedo todas las luces
    trastocan a coloradas y el fuego de la turbina
    sólo mueve
    un aire indefinido que ha dejado de sangrar.
    Las misivas presionan los botones mágicos y los colores del tablero.
    -el buzón despliega sus élitros-

    en la hora sin tiempo las ausencias son los únicos testigos.

    Una anillo de fuego coruscante como estela en circunvolución constante
    impele el nuevo reloj. ​






    III
    Umbral Vespertino

    es cierto que he viajado a mundos desconocidos al correr los velos
    vespertinos.
    esas imágenes de bondadosas hespérides auscultadas
    y a la vez palpitantes
    dan alojo al pregonero en el dolmen de los piojos.
    su clarín asombroso irrumpe con la voz desconocida
    en el instante en el que la sutura se despoja de sus nervaduras.
    las puertas naturales se abren aunque la ciudad, y los goznes giran
    sus mecanismos
    en el silencio de la tarde animal.
    el paso del cielo de un estado a otro cielo se da, instante de ruptura,
    grieta celeste para el que contempla la vida pasar.

    Abertura por dónde los ramilletes astrales chisporrotean
    expeliendo ojos de pavo real. ​


    IV
    ¡Anda, anda, bicifiesta!

    Cuentan las noticias que todas las bicicletas
    por el alma de un duende
    están posesas.
    Por eso hay que dejarlas brillar sobre las pavesas
    y sobre el monte.
    Hay que liberarlas del hechizo por el cual un hombre
    avaro, de lo que antes fue un niño,
    las ha sometido.
    ¡Pobres bicicletas privadas de las fiestas floreales!, algunas
    llorando entre los bártulos de metálicos desvanes
    recuerdan aquellas tardes de viento y sol…

    Frío sobre el alma de los niños y los duendes.
    Gélido camino por el hechizo sometido.
    Brío extasiado por ser despertado.
    -todos los pedales giraron hasta desencadenarlo. ​



    V
    la magia verdadera

    un barco parte rumbo al mar,
    son las 17:55, y el barco parte al mar.

    el puerto se adormece, y desde mi casa,
    lo veo dormir.

    todo se desliza impasible y ausente,
    el sol dora los mascarones y los campos de rosas,
    pronto se irá. – el fuego rompe al aclarar.

    la noche viene y luego se va. ​
     
    #1

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