Jornada Electoral

Hoy es día de elecciones
y todo el mundo a votar.
Hasta los discriminados
por el régimen social.

¡A votar, quieran o no!
Con muletas: ¡a votar!
El viejo: en silla de ruedas.
El ciego: bastón o can.

Y a esperar el resultado
y no sé qué, a festejar:
Algunos comiendo asado;
los políticos: caviar.

Y la inmensa mayoría,
sin la veda respetar,
algunos tomando vino;
los políticos: champán.

Concluida, ya tediosa,
la jornada electoral,
a borrar toda promesa
como a huella digital.

La consigna ya es basura
que se debe retirar.
O que se pudra colgada
del apremio popular.

El que no fue ‘acomodado’,
saldrá luego a reclamar:
Su tajada, el partidario.
El pueblo: trabajo o pan.

-Cambié la cuatro x cuatro
por limusina especial.
-Yo cambié la bicicleta…
pero le falta un pedal.
​

 

Buena inspiración nos compartes en este poema
tan bien hilvanado desde el primer verso al
último, buen contenido que nos dejas para poder
disfrutar de tu talento poético en esas elecciones.
Ha sido un placer poder pasar a leerte.
Un abrazo. Tere

 

Juan, me complace felicitarte por éstos tremendos versos que has sacado a la luz,

Saludos,
desde Panamá.

 

Muchas gracias, Nube Blanca, por tu atención y comentario.
Un abrazo.

 

Como ya le dije en anteriores comentarios: sus versos valen perfectamente para describir a España, y creo que a casi todas las democracias del mundo, o todas. Y pienso que es porque en todos los países se ha establecido la demagogia para perpetuarse en la política; palabra que la RAE (Real Academia española de la lengua) describe perfectamente:
demagogia.
(Del gr. δημαγωγί&#945.

1. f. Práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular.
2. f. Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder.


Un placer haber pasado y saludarle.

 

Muy apropiado comentario, Évano. Y su aclaración del término Demagogia, cuadra justo para el tema. Ahora lo que me pregunto, habiendo tantas leyes vigentes y aplicables hoy en día, por qué no aplicar a la política que incumpla ya no sus promesas, sino sus deberes primordiales, una ley parecida a la de defraudación y estafa, o estafa y abuso de confianza o abuso del derecho: "Se denomina abuso del derecho a la situación que se produce cuando el titular de un derecho subjetivo actúa de modo tal que su conducta concuerda con la norma legal que concede la facultad, pero su ejercicio resulta contrario a la buena fe, la moral, las buenas costumbres o los fines sociales y económicos del Derecho". En fin, 'algo' que pare la corruptela política de una vez por todas. No olvidemos que con sus determinaciones, ésta hace lo que se le antoja con lo más valioso que poseemos: nuestro único e irreemplazable tiempo de vida y su oportunidad de mejor calidad del mismo. Pero sostengo que más que en las leyes, la solución está en el dueño del circo, o sea el pueblo. Sin más por demasiado extenso ya (y aunque no sirvan de mucho por 'coimeados', sin lo códigos legales muy en claro), me despido hasta otra grata atención suya.
Saludos y hasta siempre.

 

Muchas gracias, Rogelio, muy gentil comentario.
Saludos desde Uruguay.