Historias para no dormir – 6 de 6

De su silencio es señor,
de sus palabras esclavo;
lo sabe, y en consecuencia
nunca confesó su amor
por no sufrir menoscabo
en su amada independencia.

Por no sufrir menoscabo
en su libertad bendita
callado la vio marchar
pensando que, al fin y al cabo,
él a nadie necesita
y a nadie se quiere atar.

Él a nadie necesita,
dice bastarse a sí mismo
y presume satisfecho
de que nada a nadie quita;
en asuntos de erotismo
no usa a nadie en su provecho.

En asuntos de erotismo
siempre fue franco y honrado
y jamás a nadie engaña:
él defiende el pluralismo,
dura...lo que habrá durado
y después, ancha es España.

Dura lo que habrá durado
(no creo que dure mucho,
pero no es asunto mío)
Por el momento, a su lado
vive de continuo un chucho
con quien comparte el hastío.

De su silencio es señor.
En su libertad bendita
él a nadie necesita.
Y, aunque a veces la recuerda,
nunca confesó su amor.
Del por qué ya ni se acuerda.