Gente de hielo

Le duele el Sol al hombre de nieve
allá en el patio lo refleja,
como alguien de lata.

La piel la tiene fría todavía,
pero el agua se escurre
se le afloja la nariz de zanahoria.
Una arroyuelo le corre de los botones de ojos
gotea la cara un intento de sonrisa,
creo...
Gotea y gotea,
y le hace cosquillas en la panza esa tibieza.

Y yo le mando un grito en el viento
¡Ríe niño que tenías mi nombre!,
que ahora tienes piedra responsable
atada al pescuezo en este lamento profundo.

El Sol le da ahora de lleno,
inaudible hay una acordeona a piano en el cielo,
chamameceando este despejarse de nubes.

Separa las palmas del cuerpo muñeco,
y aplaude hasta que bailen las aves
que pasan cantando.
Anímate compañero.
Estas ahí puesto.
Arrancate en piernas de la superficie fría.
Da un primer y gigantezco paso
de apenas unos centímetros
con fe en el camino.
Inventa un idioma diciendo:
gracias por todo,
me voy a intentar la tibieza

entre la gente de hielo
que se acostumbró a no temblarle a nada
incluso a que todo siga como siempre
a traves de tantos inviernos.