Fuga a medianoche

La silueta de los sauces se balanceaba entre el viento
sobre el manto de la noche azul oscuro de fondo
soplaba la primavera, con olor a barro fresco;
y nosotros de la mano huíamos de todo.

Bajamos la escalinata que se perdía en la hiedra
corrimos entre los arcos y las ruinosas columnas
flameó tu vestido el aire, como bandera de guerra;
un búho volteo el pescuezo para rastrear nuestra fuga.

Pasamos el campanario sin tomar ningún respiro
dejando atrás los medrosos paredones del pueblo
cruzamos el cementerio, por el bosque y por el río;
nada nos detenía ni el cansancio ni el recuerdo.

Al llegar hasta a un estanque nos miramos confundidos
se deshojaba la luna desde las ramas del cielo
se dibujó una sonrisa en tu rostro y en el mío;
se nos había olvidado, de qué estábamos huyendo

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