Forma y Anonimato

Muchos de mis poemas son filosófico metafísicos
Este en concreto me lo inspiró la inducción
de pensar en el placer que sentimos
cuando aquello que nos produce dolor, desaparece,
y sin embargo ese es el estado normal en que deberíamos
permanecer sin necesidad del contraste
que nos crea una ilusión de un placer de por sí cotidiano.
Por eso, la muerte, como exponente máximo de dolor,
al igual que el más común de los dolores,
debe tener su contrario, como cumbre de ese placer sencillo
que es el placer de vivir.

Forma y Anonimato

No concibo encontrar el misterio azul de la vida,
tampoco espero del éter un espacio del tiempo,
con el saber del presente ya en mi cuerpo se olvida,
a los azules de un astro desafiante hacia el viento
dejando los días al sol que me cure la herida.

Abrir y cerrar, gastar y guardar,
mi página comienza en el acento principal;
abrir y cerrar, gastar y guardar,
imprimir el ejemplo, ¡ayuda!, copiar y pegar.

Coser y coser, después despuntar,
nadar sobre el cómo, y no preguntar...
Si la vida es un soplo, soplaré al respirar,
y ni el dónde que fuera encontrará mi lugar.

Para qué preocuparse más,
para qué dolores tantos,
para estar la vida está,
y en la vida el muerto es llanto.

Placer es estar normal,
dolor con el arrebato,
buscaré tranquilidad.
¿Será la muerte un trato?

La máxima autoridad,
la vida tan sólo un rato;
morirse sublime altar,
lo normal está en el canto,
que todo en el más allá
es forma y anonimato.