Fondo del vaso

Siempre recalo en el fondo del vaso,
sobre todo de madrugada.
Allí se cantan las dulces dichas
mezcladas con el llanto
de las más tórridas desgracias
y las sirenas de la noche ululan
con el color grumoso de una pintura de uñas barata
o el naranja sepia que dejan los pitillos medio quemados
a medio hundirse entre la escarcha
de los cubos de hielo empapados en ginebra
que por unos minutos soñaron que eran icebergs,
como yo he soñado allí, de codos en la barra
también unos minutos, que era sano,
joven para siempre y, sobre todo,
que era libre, libre, libre, libre...
Sólo libre como el humo cuyas volutas se adocenan
en las tulipas de las lámparas
y se desvanecen más allá
en la inmensidad insignificante
de la luz pálida de los neones.

-José M. Paramos Veiga.

 

Poema que comprendo amigo. Yo he incado mucho, mucho más de lo que puedas imaginar los codos en la barra. Excelente poema. Saludos****************************

 

Buen poema. Ha sido muy grato encontrarme con tus versos. Vuelvo.

Hasta pronto.

 

Muchas felicidades

un abrazo fuerte