Escritor de un dolor ebrio y voraz

Que me importa lo contrario si es cierto,
glorificando el presente,
pero algo mujer has olvidado,
que te he amado y me has dejado.

Como la tuerca que se suelta y cae,
a un precipicio confuso sin salida,
en la oportunidad me deliras
tomas todas las mentiras para odiar.

Si supieras que te amo tanto,
mi deseo es que vuelvas algún día,
perdonar tu ida al infierno del pecado,
culminar la agonía de extrañar.

Relevar la agria lágrima con una sonrisa,
que envuelve la pena manuscrita,
aquella que calla la boca tartamuda,
escritor de un dolor ebrio y voráz.

Sombrío refugio del soñador,
luz de oscuras y crudas censuras,
he amado equivocadamente,
a esa macabra tentación oculta.

Que me importa lo contrario,
siendo en realidad ella casada,
culminó su breve aventura conmigo,
dejando mi alma en pena
y mi corazón en una inmensa miseria.

El hombre se enamora de lo que no debe,
lo prohibido lo seduce aún más,
llevandolo a ser tan frio,
como la lagrima de un malvado oso polar.

 

Conmovedor, hermoso, letras magníficas y soberbias.