Envidio

La vida envidio de mi perro fiel
que todo tiene, mas posee nada.
Una caricia de su mano amada
y pronto olvidase el castigo cruel.

Su noble pecho libre está de la hiel
que el mío tiene al fondo ya incrustada.
¡Dios!, en mis ojos quiero su mirada
bendita y simple, de feliz lebrel.

Que al pesar corazones en balanza
el hombre falto fue de cosa sana,
aunque mentira la conciencia aquieta.

Mala será la condición humana,
rota del hacedor la semejanza,
que aspiro a perro ser en alta meta.
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Inteligentes versos, maravilloso planteo de unos versos excepcionales.

 

Amigo Jorge, muchas gracias por tu amable comentario. Es un placer saber que fue de tu gusto.
Recibe un cordial saludo.

 

¡Qué bonita, Carlos! ¡Los perros y nosotros! Ya sabes porqué te lo digo. Es una pura verdad lo que dices en esta estupenda poesía, son mucho más agradecidos y sufridos que muchas de las personas que nos rodean y esperan muy poco a cambio de un poco de nuestro cariño, te ha quedado bordada y has sabido emplear unas palabras estupendas. Me ha encantado: ¡Dios!, en mis ojos quiero su mirada bendita y simple, de feliz lebrel.... ¿Y dices que no estás inspirado?..¡Pues no sé que más quieres! Ojalá me dejaran darte la reputacíon que se merece este trabajo tuyo, voy a intentarlo, pero si no lo consigo, sabes que la tienes desde mi corazón. Besitos Mary Carmen

 

Querida amiga, pues así es. Mis animalillos no dejan de hacerme avergonzar de la "sobreestimada" condición humana. Observándoles se da uno cuenta de como nuestro raciocinio no es más que una cadena que nos impide actuar conforme a las emociones, en fin... "que aspiro a perro ser en alta meta".
Siempre es un placer y una alegría tenerte por mi rinconcillo dejado de la mano de Dios.
Recibe un afectuoso saludo.
Carlos.