En el Desierto.

En el Desierto

La tragedia nos besa las manos
Todo idilio acaba indeclinablemente
Ya sea porque alguien se marcha
O súbitamente nos lo arrebata la muerte


Las dudas nos acosan en la espalda
Por no saber la realidad de quien nos retorna la mirada
Incertidumbre ante la intensidad prodigada
Al no saber si es reciproca o una mera mascarada


Y una angustia masajea nuestras sienes
Cuando sabemos que el histrionismo nos vuelve atractivos
Y el cruel repudio llegará si llegamos a ser nosotros mismos
Disyuntiva de si acaso ser los mentirosos o los embaucados peregrinos


Un dolor nos persigue de por vida
La soledad es eterna mientras dure la estadía
Y la confianza no podrá ser entregada
Sin que estés dispuesto a que sea pisoteada y despreciada.


Cierra los ojos solo cuando estés en la quietud secreta de tu vigilia
Besa tus brazos y delinea una fugaz sonrisa
Tienes tu dulzura y gentileza aun cuidando tu aliento suave y lento
Los únicos fieles e incondicionales sobre la faz de este desierto.

 

Muy profundo e interesante tu poema,que gusto leerlo.

 

QUE GRAN DOLOR SE DEBE SENTIR ANTE ESA PERDIDA... BELLO POEMA